CIDH enmienda la plana a Villa Stein

La corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó anular la cuestionada sentencia de la Sala Permanente de la Corte Suprema presidida por el inefable Javier Villa Stein que descaradamente rebajaba las penas a los integrantes del Grupo Colina, autores de los asesinatos de la Cantuta, Barrios Altos y El Santa, así como del dirigente Pedro Yauri porque, según ese crikticado fallo, esos delitos “no son de lesa humanidad”.

Además de los integrantes del Grupo Colina, el cuestionado fallo de Villa Stein favorecía a Nicolás Hermoza Ríos, ex jefe del Comando Conjunto de las FFAA, Vladimiro Montesinos Asesor que manejaba a su antojo los servicios de inteligencia y al ex presidente Alberto Fujimori.

Para la Corte Interamericana de Derechos Humanos estos crímenes sí son de lesa humanidad. Y punto. Por tanto, los asesinos del grupo colina tendrán que cumplir su sentencia y aquellos que fueron liberados tendrán que regresar a la cárcel.

Esta es púes una bofetada para el cuestionado presidente de la Sala Permanente de la Corte Suprema Javier Villa Stein que, si tiene algo de sangre en la cara, debería presentar su renuncia de inmediato, antes que el mismo poder judicial lo defenestre, al igual que a los demás magistrados cuestionados que siguieron sus consignas.

El fallo de la Corte Interamericana es inobjetable, sin derecho a apelación. Al contrario, le da al Estado peruano un plazo, que vence el 20 de enero del 2013, para adoptar todas las medidas necesarias que corrijan la situación generada por la ejecutoria suprema conocida tristemente como “el fallo Villa Stein”.

Nadie dudó jamás que los crímenes cometidos en la Cantuta, Barrios Altos y otros, fueron contra una población civil indefensa dentro de una política de estado con el propósito de eliminar a todo sospechoso de terrorismo, sin haber hecho antes un trabajo serio de inteligencia. En algunos casos, que no fueron estos, se llegó al colmo de eliminar a mujeres y niños por el solo hecho que sus esposos y padres eran “sospechosos de colaborar con el terrorismo” y como ellos también estaban manchados por esa lacra, había que eliminarlos.

En definitiva, tiene que anularse el fallo en favor del Grupo Colina porque no cumple con los compromisos adquiridos por el Perú con la Convención Americana de DDHH.

Ahora, no nos queda otra cosa que lavar los trapos sucios en casa, Y castigar a quien manchó la ropa del Poder Judicial con el lodo del tinterillaje

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