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Los Grandes Hombres no mueren, se inmortalizan

6 diciembre, 2013

Y Nelson Mandela es uno de ellos, el hombre que vivió para servir, luchar por la democracia y defender las cosas justas. Encarcelado, humillado y sometido a trabajos rudos por defender sus ideas en contra del apartheid, es decir aquella estúpida política de la segregación racial impuesta por una minoría blanca que dominaba Sudáfrica.

Ansiaba la libertad para su pueblo sin importarle perder la suya. Por eso fue sentenciado a cadena perpetua en 1956, siendo liberado el 11 de febrero de 1990 después de haber pasado por varias cárceles.

En medio de la algarabía y un sentimiento de triunfo de una gran multitud, sus primeras declaraciones fueron realmente sorprendentes “Cuando crucé la puerta que me llevaría a mi libertad, supe que si no dejaba mi amargura y odio atrás, seguiría estando en prisión”.

Como premio a sus ideas, el 9 de mayo de 1994 es elegido presidente de Sudáfrica, convirtiéndose en el primer mandatario elegido por el pueblo. Y en un gesto inédito nombra a su predecesor Willem de Klerk como vicepresidente para iniciar una etapa de paz en su país.

Siempre estuvo cerca del pueblo y su característica principal fue la humildad. Para él no existía “yo” sino “nosotros” para referirse a sus actos. Tenía un respeto profundo de la persona humana y no tomaba en cuenta su raza, su condición social o económica, todos eran iguales para él. Decía que su arma más potente no era la violencia, sino hablar con la gente. Y la educación era el arma más poderosa para cambiar el mundo.

Hombres como él son un ejemplo de vida. En una sociedad que cada día se corrompe y donde los mandatarios de las naciones del mundo son cuestionados frecuentemente por su conducta moral y falta de sensibilidad para solucionar las necesidades de quienes los eligieron, Mandela resulta un símbolo de conducta intachable que ojala muchos líderes lo pudieran imitar.

Sin duda que Madiva, como cariñosamente lo llamaban, seguirá vigente en el corazón de los ciudadanos del mundo y su mensaje,estoy seguro, seguirá horadando en la conciencia de las nuevas generaciones, porque los grandes hombres no mueren, se inmortalizan.