El embajador se Ecuador en Lima, Rodrigo Riofrío Machuca perdió los paples y en una gresca atacó cobardemente, a patadas y puñetes, a dos mujeres peruanas que hacían compras en el supermercado Vivanda de Magdalena del Mar el pasado domingo 21 a las 9.30 de la noche.
El incidente se inició cuando Cristina Castro se le adelantó en el puesto de embutidos, no sabemos si por apuro o por irrespetuosa, a lo que el diplomático, que por cierto no tiene nada de diplomático, le dijo a su sobrina en voz alta “Así son estos peruanos ignorantes, por eso es que este país no avanza porque está lleno de indígenas”. Al escucharlo, la hija de Castro reaccionó dándole una cachetada al embajador quien, a su vez, la golpeó en el rostro con una revista.
El incidente no terminó allí, las mujeres coincidieron con el embajador en la caja y volvieron a enfrentarse. La sobrina del diplomático y la hija de Cristina Castro se fueron a las manos y el diplomático reaccionó como un energúmeno y golpeó a las peruanas a puñetes y patadas hasta hacerlas caer al suelo, donde siguió agrediéndolas. La hija de Cristina Castro declaró que el diplomático las había tratado de “serranos y cholos de mierda”.
Ante estos hechos, considero que lo menos que debe hacer el gobierno peruano es declarar persona no grata al embajador y darle un plazo mínimo para que se vaya a su país aunque, vale la pena aclarar, que esta medida es para casos más graves, pero como Dios perdona el pecado mas no el escándalo, no debería descartarse esta posibilidad. Más que eso, el gobierno ecuatoriano ni siquiera debería esperar una protesta de nuestra cancillería, sino llevárselo de inmediato para enseñarle a este abusador que no se le pega a una mujer ni con el pétalo de una rosa y hacerle entender que el cargo de embajador es para gente cuerda, por tanto, sus reacciones deben ser mesuradas por más que se vea en circunstancias muy difíciles. Un diplomático tiene la responsabilidad de actuar con tino y educación, poniendo en práctica todo lo que aprendió en la escuela diplomática y no actuar como un patán, por más que crea tener la razón. Esto no significa que las damas agredidas sean unos angelitos, debieron esperar que el embajador y su acompañante terminen de selecccionar su jamón porque, supuestamente, habían llegado antes que ellas.
Embajadores como Riofrío son un peligro para las relaciones diplómáticas porque son capaces de provocar incidentes más graves y son, además, una vergüenza para la diplomacia internacional. Por eso, lo mejor sería que lo regresen lo más antes posible a su país y, por sí acaso, lo tengan por un tiempo con camisa de fuerza para que no se meta en más problemas.
Del mismo modo, no estamos de acuerdo con la posición tosuda del presidente Correa que insiste en mantenerlo en el cargo. Una falta personal de un embarjador no puede enturbiar las buenas relaciones peruano-ecuatorianas. Eso sería estúpido.
¡ULTIMO MINUTO!
El incidente del embajador se resolvió, para mí, de una manera desigual. Écuador y Perú resolvieron retirar a sus embajadores. Más perdemos nosotros que ellos porque nuestro embajador en Quito será sacado sin ton ni son. No hay nada qué hacer, justos pagan por pecadores.