El escritor Mario Vargas Llosa al parecer se ha propuesto calentar el todavía invernal clima político peruano declarando al programa Cuarto Poder de América Televisión que si se diera el hipotético caso de elegir en una segunda vuelta electoral entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala, sería como elegir entre el cáncer terminal y el sida. Y, para que no haya duda de su franqueza, afirmó que se niega a creer que la ceguera pueda llegar a ponernos en esa disyuntiva. “Sería como decidir entre Velasco y Alberto Fujimori” lo dijo sin pelos en la lengua, porque así de franco es él, por eso perdió las elecciones presidenciales ante un candidato mentiroso que cada vez que quería enfermarse decía que había comido bacalao.
Es pertinente acñlarar que esta preocupación no es solo del escritor. Una gran mayoría de peruanos tiembla de miedo cada vez que se habla de esa posibilidad, entre ellos Alan García mque se fue de boca cuando dijo que él no puede ser candidato, pero sí podía evitar que llegue al poder el candidato que no sea de su agrado, refiriéndose indudablemente a Ollanta Humala quien, al parecer, quiere tirarse abajo todo lo construído hasta ahora en materia económica.
No se realmente qué diablos le pasó a Alan García porque él, como hombre ducho en política, sabe que esto no se puede decir alegremente en público, por más que lo piense. Seguramente que lo hizo para darles una dosis de valium a los empresarios que se mueren de los nervios por el avance de Humala. Fue, a no dudarlo, una desafortunada declaración porque, hoy más que nunca, se los necesita a los empresarios sobre todo extranjeros para que sigan invirtiendo en el país y no se larguen con su dinero a otra parte.
Vargas Llosa, sabe que Alan tiene experiencia en estas triquiñuelas políticas porque ya lo demostró en las elecciones del 85 cuando le arrebato “su inminente triunfo” en su carrera a palacio como se lo hizo creer la encuestadora Apoyo y fue todo lo contrario porque Fujimori, con ayuda del APRA y la izquierda, ganó la elección por atropellada, en la recta final.
Así están las cosas. Muchos creen que si Ollanta triunfa convertirá al Perú en un satélite de Venezuela y sus habitantes en vasallos de Hugo Chávez. Una exageración que los chicos de la derecha están haciendo circular seguramente con el propósito de aterrorizar al alectorado. Pienso que eso no ocurrirá porque los peruanos sabemos como deshacernos de los dictadores y sacarlos a patadas.
Se dice también que con Humala se desandará todo lo avanzado en materia económica y se nos obligará a usar el polo rojo como requisito para conseguir trabajo. Lo que no se dice es que si Keiko gana las elecciones, lo primero que hará es indultar a su padre y a Montesinos porque sin ellos, dándole consejos en sus oídos, no podría gobernar ni un solo día.
Si esto ocurre, los que pueden, deberían estar haciendo maletas parea mandarse mudar a cualquier país del mundo civilizado y, los que no pueden salir ni a Bolivia, tendrán que sufrir las consecuencias de elegir entre el cáncer Terminal y el sida, como dice el autor de La Ciudad y los Perros. Quedan avisados.