Historia de la Nueva Ola

A mitad de la década de los cincuenta, el mundo empezó a dar un giro sorprendente con el surgimiento de la llamada Nueva Ola, considerada como uno de los fenómenos culturales más importantes del Siglo XX.
Sin duda, fue una etapa que marcó un hito en la historia universal, aunque muchos no quieran reconocerlo como un movimiento cultural sino, todo lo contrario, como una manifestación contracultural.
El hecho es que hasta ese momento, no había ocurrido nada sorprendente en el mundo, sobre todo en el campo de la música.
Las personas que tuvimos la suerte de vivir en esta maravillosa época, fuimos privilegiadas no solo porque se transformó la música, sino porque se hicieron grandes descubrimientos, como el internet. Se realizó el primer viaje a la luna. Pero también ocurrieron acontecimientos dolorosos, como la Segunda Guerra Mundial, el asesinato de Kennedy. Martin Luther King, entre otras figuras universales.
Quienes nacimos en el pasado siglo, tuvimos una adolescencia inolvidable, seguramente para muchos, del primer amor, del primer beso y, al mismo tiempo, de los primeros fracasos, del jean y la minifalda, del rock, el hipismo y los más bellos sueños de un futuro mejor. Fueron los años maravillosos en que los jóvenes nos sentíamos los dueños del mundo.
En EEUU, Reino Unido, Francia, Italia y España, las pocas radioemisoras en FM que salían al aire solo transmitían viejas melodías de jazz y una que otra balada que, por cierto, eran bellísimas, pero no inquietaban mayormente a los jóvenes, salvo los temas de Frank Sinatra, Bing Crosby y otros pocos fenómenos del canto, que se difundían como joyas del naciente mundo del disco.
Era la época en que el planeta se hallaba enfrentado por una pugna entre EEUU y la URSS. Disputa solapada que también se daba entre los grupos económicos vinculados al petróleo, al contrabando de alcohol, el tráfico de armas, las drogas, el gran capital y a la industria manufacturera.
Simultáneamente, se daba inicio a una peligrosa carrera armamentista con la construcción de las primeras ojivas nucleares de destrucción masiva y se hacían pruebas atómicas en el Atolón de Mururoa, provocando pánico en nuestro país. Y todo se empezó a controlar desde el cielo a través de los primeros satélites artificiales lanzados al espacio.
Y, claro, en la extensa superficie de la tierra, nadie se escapaba de la vigilancia y el control de la CIA y la KGB, agencias de inteligencia que contaban con la colaboración de los servicios secretos de los gobiernos de facto, particularmente en Latinoamérica, que estaban bajo el yugo de las superpotencias.
Viétnam era una hoguera y el Medio Oriente un polvorín. En Sudamérica, la mayoría de países eran gobernados por militares que se hicieron del poder a la fuerza, propiciando golpes de estado sin mayor justificación y dando paso a un terrorismo de estado sin precedentes..
Para estos gobiernos los jóvenes eran solo máquinas de guerra, sin voz ni voto, autómatas que eran enviados a los frentes de batalla de donde muchos no volvían. Y, si volvían, lo hacían dentro de una bolsa negra de hule.
Y los que no querían ir a la guerra eran desacreditados, tildados de desertores, cobardes, antipatriotas, hippies indeseables. Y los ídolos musicales de estos jóvenes, solo eran deformadores del bel canto, desertores antipatriotas, pacifistas mugrosos, drogadictos y engendros de woodstock.
Sin embargo, a esos jóvenes les importaba un comino que los grupos conservadores les lancen sapos y culebras porque amaban la paz y habían hecho del rock su himno de libertad.
Los muchachos acogían la Nueva Ola como una muestra de rechazo y no les importaba hacer suyo este movimiento, venga de donde venga, con tal que se identifique con sus ansias de vivir en paz, libertad y, al mismo tiempo, con sus problemas, sus penas y sus amores.
El rock, más que un simple ritmo musical, se convirtió en un movimiento cultural que encajaba perfectamente con los sentimientos, de la juventud, convirtiéndose en la fuerza incontenible que rompió con las fronteras de las naciones.
Lo sorprendente fue que, este fenómeno cultural tan criticado y vapuleado, se había iniciado precisamente en EEUU, es decir en el corazón del capitalismo mundial controlado por los grupos conservadores más radicales y de mayor poder económico del mundo.
La juventud estadounidense, harta de los moldes impuestos por una sociedad sumergida en un barril de deshechos que se oxidaba con el paso del tiempo, se levantó para hacer sentir su malestar. Y fue precisamente la radio su mejor aliada difundiendo sus canciones, sus ideas y su música, sentimientos que no tardaron en expandirse porque en todas partes había un deseo de cambio, contenido por varios años y siempre a punto de explotar.
Y qué bien que esta rebelión se diera de una manera pacífica a través de la música y el baile y no en forma sangrienta como ocurrió con otras revoluciones registradas por la historia.
Los gobernantes nunca se interesaron por los problemas de la juventud. Al contrario, siempre les cerraron las puertas, los despreciaron y olvidaron. Los mandatarios nunca resuelven los problemas de la juventud hasta que les explotan en la cara. Y lo peor es que siempre creyeron que para resolverlos solo hay una respuesta: La represión.
Esos cambios en la música y en la manera de pensar de los jóvenes no eran nuevos, empezaron a principios de los años 50, cuando aparecieron en el firmamento artístico nuevas figuras decididas a remover las estructuras del pentagrama, como Chuck Berry, un joven cantante que llegó a Chicago proveniente de New York para grabar la canción “Maybelline”, compuesta a base de los avances de la música country.
Otro iniciador de esta nueva ola fue Bill Haley quien, al igual que Berry, era un intrépido aventurero que se salió ruta de la música Country y en compañía de sus cometas, impone el tema “Rock Around The Clock”, grabado el 12 de abril de 1954.
Ese mismo año, otro genio que se quita irreverentemente de la música country es Elvis Aaron Presley, un chico pobre del sur de los EEUU de ascendencia cherokee por la rama materna. Cuando sus padres se trasladaron de Tupelo (Missisipi) a Menphis, en 1948, le regalan una guitarra, la misma que se convirtió en la compañera inseparable de su vida. Tenía apenas once años y ya educaba su voz en el coro de la Iglesia Baptista. Se ganaba la vida como pudo, de acomodador de cine, cortando césped y como camionero. Era admirador del tenor Mario Lanza, pero prefería más a Dean Martin.
Un día sorprende actuando en el Overton Park Shell de Menphis cuando tenía 19 años. Pero es el 13 de mayo de 1955 que por primera vez deslumbra a las chicas y alborota a las masas en Jacksonville, Florida. Se cuenta que, en medio del griterío, sin medir las consecuencias, les dijo en broma a sus fans: “Chicas nos vemos detrás del escenario” y, como muchas de ellas se la tomaron a pecho, casi destrozan el local por estar junto a él.
Sam Phillips propietario de la disquera Sun Record, le hace grabar su primer 45 RPM con los temas “That´s all Nigtht” y “Blue moon y Kentucky”, pero es con Tom Parker, su más grande productor, que Elvis Presley llegó a ocupar de manera sorprendente los once primeros lugares del ranking. Su primera presentación por televisión fue en el programa de Ed Sullivan.
En 1958, cuando tenía 23 años, fue llamado para prestar servicio militar en Berlín Occidental, al Sur de Alemania, donde fue sometido a disciplina por enamorar a la hija de un general. Allí conoce a Priscilla Ann Beaulieu con quien se casa.
Su vuelta al escenario en los EEUU fue apoteósica, Su especial de televisión fue visto en más de cuarenta países, Lo llamaban “La pelvis” en alusión a su nombre y a su manera de mover las caderas. Los conservadores calificaban su música como perversa e inmoral.
Si Chuk Berry y Bill Haley fueron los fundadores del gran imperio del rock, Elvis fue el rey que lo hizo florecer y lo expandió a todo el planeta.
La tarea no fue fácil, para lograrlo tuvo que afrontar duras batallas, sobre todo aquella contra los Beatles, la vez que invadieron su territorio y lo hicieron caer varios escalones en el ranking de Bilboard. Sin embargo, a pesar de haber perdido muchas batallas nadie logró despojarlo de su corona, porque siguió siendo el rey.
La batalla que sí no la pudo ganar fue contra las drogas, el alcohol y la comida porque, desde 1954 en que surgió como cantante, se llenó de gloria y dinero, pero también de comida, bebidas y drogas.
Pesaba 115 kilos cuando su manager Joe Esposito lo encontró sin vida en la bañera de su residencia de Graceland. En un principio se creyó que había muerto por sobredosis de anfetaminas y barbitúricos a la edad de 42 años desilusionado por la baja aceptación de sus películas y la dura competencia con el surgimiento de nuevas estrellas del rock.
Se dijo, igualmente, que Elvis prefirió la muerte al flagelo de la crítica por sus presentaciones en Las vegas luciendo trajes estrafalarios, dorados y con capa, solo por el hecho de llamar la atención.
Luego de varios años se reveló que la verdadera causa de su muerte, en el baño de su casa, fue una oclusión intestinal como consecuencia de un estreñimiento crónico y hereditario que padecía. Como no procesaba bien los alimentos, esto también le producía obesidad. Pudo haberse librado de este problema con una sencilla cirugía pero él se resistió a someterse a la operación por verguenza y temor.
Si no hubiera muerto en esta ocasión, las drogas y el alcohol de todas maneras hubieran acelerado su desaparición. Cada día se estaba matando de a poquitos por sus fracasos y una acelerada baja en su popularidad.
Seguramente que no se hubiera suicidado lentamente, como hizo, de sospechar que años después de su muerte, sus videos, sus discos e incluso sus películas, se convertirían en una mina de oro, ganando más dinero que cuando estaba en plena actividad artística.
Con Elvis Presley la música giró 180 grados en una época en que, coincidentemente, las chicas estadounidenses ya estaban hartas de seguir manteniendo sus costumbres de secretarias puntuales en las oficinas de los rascacielos de Nueva York y de disciplinadas obreras en la floreciente industria manufacturera de Chicago, pero sin derecho a protestar por los abusos de la patronal.
Asumieron una nueva actitud al escuchar las letras del rock y a los locutores de radio quienes acostumbraban comentar entre disco y disco y de manera disimulada sobre las libertades civiles de la mujer, así como de la inauguración de nuevos locales menos costosos, donde se podía ir a bailar.
Y el día menos pensado cambiaron de opinión y salieron a las calles para hacer sentir su voz de protesta. Las secretarias, aburridas de estar de lunes a viernes con el uniforme azul, empiezan a ponerse faldas amplias, medias gruesas y zapatos de taco bajo, para volcarse los fines de semana a las pistas de baile donde daban rienda suelta a sus ansias de vivir y a derrochar todas sus energías comprimidas. Allí se juntaban con estudiantes universitarios y jóvenes obreros sin importarles su condición social y económica y se ponían a hablar de todo, usando un lenguaje más liberal.
Estos jóvenes trabajadores, de ambos sexos, por primera vez sienten la necesidad de unirse a este movimiento generacional denominado Nueva ola sin tomar en cuenta las diferencias sociales, raciales y de género que hasta entonces los tenían incomunicados. Sienten que la juventud era una sola y, junta, una fuerza indestructible.
Es cuando empiezan a asistir con más frecuencia a los conciertos de rock donde hacen sentir, junto con sus gritos de alegría, sus primeras voces de protesta contra los abusos laborales, la segregación racial, la guerra de Vietnam y los primeros experimentos atómicos.
Antes de la prodigiosa década de los sesentas, aparece The Diamonds, integrado por cuatro brillantes jóvenes norteamericanos quienes, se proponen hacer bailar a la juventud de una manera diferente, llenando los locales donde se presentaban.
Por otro lado, Brian Hylan, ocupaba el primer lugar del ranking de Bilboard con el tema Bikini Amarillo. Del Shanon con Corre No Vueles, Dion con Runaround sue, Ben E. King con Stand By me y James Barren con Adiós Mundo cruel.
Eran los tiempos en que el uso del bikini escandalizaba al Vaticano y encandilaba a las chicas.
Nat King Cole, un cantante negro salido de las canteras del jazz en los años 50, no valorado en su real dimensión por la discriminación racial, con el correr de los años, empieza a hacer sentir su voz y se convierte en un ídolo cuando se va a La Habana y México para grabar sus primeras canciones en español con un acento muy peculiar, entre las que destacaban / Ansiedad / Aquellos ojos verdes / Yo vendo unos ojos negros / y / Cachito /, convirtiéndolo en el icono de la balada romántica.
Esta revolución cultural también llega a Lima-Perú y es cuando los jóvenes empiezan a respirar nuevos aires y deciden saltar las barreras de sus propios complejos para disfrutar de la vida con más libertad. Las calles se iluminan con su presencia. Los varones, vestidos de una manera diferente y con el pelo crecido, mientras que las chicas empiezan a recortar sus vestidos largos para convertirlo en minifaldas y, al mismo tiempo, acabar con sus complejos. Gozan escuchando los nuevos ritmos de la nueva ola en las matinales de los cines Tauro, Diamante y Excelsior, escenarios donde se presentaban los Shain’s, la primera y emblemática banda roquera de los sesenta, formada en 1964 encabezada por Gerardo Rojas Rodó más conocido como Gerardo Manuel (Voz), recientemente fallecido, no sin antes consagrarse como el emblema del rock en el Perú.
Fue en esta época que, en Cusco, nos unimos Henry Aragón, Wilbert Pizarro y yo, para llevar a Los Sains al Cusco, junto con Kela Gates, Rully Rendo y Elmo Riveros, para una presentación en el Teatro Garcilaso de propiedad de la familia Palomino.
“Los Shains” , además de Gerardo Manuel, estaba integrado por los hermanos Pereyra en la primera y segunda guitarra, respectivamente. “Pico” Ego Aguirre (Bajo), sobrino de Enrique Ego Aguirre, primera voz de Los Morochucos, y Quique Rosell en la batería. Al principio estuvieron Alexei Kostrinsky en la batería, Nito Muentes y Carlos Arista, hermano de la modelo Gladys Arista, como cantantes.
En la TV limeña aparecieron exitosos jóvenes, entre ellos Joe Danova, Pepe Miranda, Gustavo Hit Moreno y Pepe Chipolla, que deslumbraban a las chicas.
También se presentaban en las matinales donde actuaban Los Dolton’s, Los Shains, Los Belkin’s, Los Sideral’s, Los Holys, Los Datsuns, Los Dreams, Los Traffic Sound, Los Termits, Los Mads, Los Sherman’s, Los York’s, este último grupo integrado por Román Palacios en la primera guitarra, Walter Paz en la segunda guitarra, Jesús Vilchez en el bajo, Pancho Aguilar en la batería y Pablo Luna (vocalista). Los Jaguars, Los Silverstons (La vuelta), grupo chalaco dirigido por Coco García e integrado en forma sucesiva por Coco Cotos, Coco Guerra, Tomy Devis y Otto de Rojas (El tecladista de “Trampolín a la fama”). Los Steivos, cuyo nombre original fue Los Soviets, pero tuvieron que invertir el nombre para sus presentaciones en la televisión porque los productores no querían saber nada con la Unión Soviética. El grupo estuvo integrado por Frank Privette, Alex Ventura, Javier Larrea y Gustavo Reátegui. Posteriormente fueron llmados de manera sucesiva Rafael Campos, Carlos Reátegui, Maky Ugarte, Mario Pastor, Pepe Ponce y Juan Pereyra.
Merece una mención especial la aparición en 1967 de Traffic Sound, la banda rockera formada por Jean Pierre Magnet, Manuel Sanguinetti, Willy Barclay, Willy Thorne, Luis Narvaes y Fredy Rizo Patrón, grupo que deslumbró a la juventud peruana y continental hasta 1972 con el tema Meshkalina.
Traffic Sound grabó varios discos, A bailar Go Go (1968), Virgin (1969), Traffic Sound (1970) y Lux (1971). Y luego se desintegró con una despedida muy sentida. El único que siguió en la música fue Jean Pierre Magnet, los demás integrantes se dedicaron a sus carreras profesionales.
El Rey del Saxo peruano, viajó a Argentina, luego a los Estados Unidos donde cultivó el jazz. A su retorno a Lima, no solamente se dedica a promover este tipo de música, sino a revalorar la música andina. Es fundador de Wairuro.
Los Saicos, era una de las bandas igualmente destacadas del rock peruano. Sus integrantes son los iniciadores en el Perú del estilo sicodélico tocando en el “Negro Negro” un conocido centro nocturno ubicado en la plaza San Martín. Los Pasteles Verdes, grupo que se forma en Chimbote en 1963 y logra conquistar la capital con un tema grabado en un disco de 45rpm “Angelitos negros” (1973). Su vocalista Hugo Guibovich se consagra como una estrella cuando la banda lanza su primer LP con excelentes temas como / Recuerdos de una noche de verano / Él y yo / Presidiario / El Reloj / Hiprocresía / y otros. Sus grabaciones se escucharon durante más de dos décadas logrando que la revista especializada Cash Box los reconociera como los Románticos de América.
Sin duda, la banda que más éxitos logró a nivel nacional e internacional fue “Los Doltons”, formado en 1965, en el distrito limeño de Breña. Según la nota de presentación oficial de la agrupación, fue Walter Bolarte quien comenzó a reunir a algunos conocidos que sabían de música. Cuenta que iba caminando por las calles de Breña cuando escuchó a Roberto Andía y Javier Román que tocaban en un jardín; pidió una guitarra y se unió a esa tocada. Desde ese día comenzaron a tocar desde valses hasta rock. Juntos comenzaron a tocar en fiestas particulares y a amenizar reuniones.
En 1966 el grupo ensaya en los estudios de El Show de Sergio (Un programa transmitido por el Canal 2 de Lima y presentado por Sergio Vergara). Allí conocen a Gerardo Manuel, lo invitaron a participar, y fue quien bautizó al grupo como Los Doltons. Esto se debe a que en Ica (tierra natal de Gerardo Manuel) tuvo su primer grupo llamado de la misma manera, nombre que proviene del sello discográfico Dolton Records, donde grababa el grupo instrumental The Ventures.
Gerardo Manuel no llegó a grabar con Los Doltons, ya que emigró a Los Shain’s. Desde ese momento se creó una rivalidad amistosa entre ambos grupos. Gerardo Manuel fue reemplazado por el sanmarquino César Ychikawa, cantante de ascendencia japonesa, que le dio la máxima popularidad.
En su primer 45 rpm se incluyeron los temas «Visión de otoño» y «El rey tablista», este último, con letra de Gerardo Manuel. Luego vendrían sus mayores éxitos que sonaban en todas las matinales de los domingos: «El último beso» y «Tema: El amor»
En sus inicios interpretaban versiones. Gracias a ellos se hicieron conocidos en todo Perú y en Hispanoamérica. Su productor fue el músico argentino Enrique Lynch.
Populares canciones como «Visión de otoño» y «La Ventana» del autor y compositor chileno Angello Machiavello, quien fue tecladista de la agrupación chilena Los Blue Splendor, ayudaron a la popularidad del grupo. Grabaron siete discos de larga duración y varios vinilos de 45 rpm.
Aparte de sus presentaciones en la televisión, tocaban los domingos en diferentes matinales en los cines del centro de Lima como el Excelsior, el Tauro y el Tacna. En 1967, la revista Billboard los nombró como la mejor agrupación latina de ese año.
La banda se retiró en 1970 a causa del viaje de César Ychikawa a los Estados Unidos. Volvió a juntarse en 1975 para grabar un álbum titulado El retorno de Los Doltons, bajo la dirección y arreglos de Rulli Rendo. Este trabajo marcó el final del conjunto original.
Entre los solistas de esa época destacan Gustavo Hit Moreno, un joven y carismático nuevaolero que gustó desde su debut en las pantallas de la televisión, en 1958.
Asimismo, Pepe Miranda, David Dalí, Koki palacios, Kela Gates (Néctar de verano-Muñeca de cera, Sigo Buscando), César “el mono” Altamirano, fallecido en 1993, Raúl Vásquez, Elmo Riveros, Jimmy Santy, Edwin Alvarado, Jorge Conty, Gabriela y de manera especial Javier Zignago Viñas conocido más como Joe Danova, ganador de la Caracola de Plata y una bolsa de 50 mil soles en el Festival de Ancón (1974) con la balada de su inspiración “Guarda esa rosa” El premio, Danova lo recibió junto a su esposa, la también cantante y actriz Regina Alcóver, quien se inició como cantante en 1952 en un programa de radio Nacional.
Uno de los exponentes de más larga trayectoria artística que aún se mantiene es Rulli Rendo. El 14 de abril de 1964, Raúl del Mar, director artístico del sello «El Virrey» lo bautizó artísticamente con el nombre de Rulli Rendo, cuando tenía 17 años y era un cantante de rock.
Vivió en México desde 1980 hasta 1995 e impuso muchos éxitos con su grupo musical bailable Rulli Rendo, Orquesta y Coros.
Rulli causa sensación debutando en “El Clan del 4” en 1964, programa que luego cambió de nombre por “El Clan del Twist”, Este es reemplazado por “Alta Tensión”, luego “Ritmo en el 4”, conducido por el mismo Rulli y luego por Ricardo Fernández, Yoly, Diana García y las Hermanas Marky.
Ha participado como cantante, autor/ compositor, arreglista y director orquestal, prácticamente en todos los Festivales de canciones de nuestro país. Fue el primer peruano que logró clasificar en el Festival de Viña del Mar, 1975 (Dónde Estás Querida Mía) y 1976 (Juan Salvador Gaviota).
Lanza sus primeros LP tropicales llamados siempre «Toques» en referencia a que durante los toques de queda en el Perú se realizaban bailes de «toque a toque» que empezaban antes de la hora del toque de queda y terminaban al amanecer con el fin de del toque de queda, por ello la mayoría de sus obras se quedó con ese nombre.
A fines de los setenta aparece Jorge Baglietto, un joven muy carismático, sorprendiendo gratamente en el programa “Trampolín a la Fama” de Augusto Ferrando con un tema de Nino Bravo. A partir de entonces participa en los festivales de Ancón, Trujillo y haciendo giras en el interior del país. Al viajar a los EEUU, para trabajar en las Naciones Unidas forma en 1986 el grupo Autocontrol, con Arturo Barrientos (Guitarra), David Ray (Teclado), Jhon Cleveland (Bajo), Michael Anthony (Saxo) y Doug Conroy (Batería). Sus mayores éxitos discográficos fueron Fantasy, Por tu amor y Fiel a ti.
A principios de la década de los sesenta, chicos y chicas nos reuníamos en las calles y plazas para hablar de la Nueva Ola. Y no solo hablar sino ser parte de este movimiento que revolucionaba el mundo. Por entonces, yo vivía con mi abuela en el Rímac.
Una tarde, apenas salimos de clases, cinco de los amigos más cercanos nos fuimos a Discocentro, la tienda de discos más famosa de Lima, la que estaba ubicada en Galerías Boza, la otra se hallaba en la Av. Larco de Miraflores, de propiedad de los argentinos Héctor Roca, locutor y conductor de Tv y su esposa Linda Guzmán, igualmente conductora de Tv y, además, actriz.
Nuestro propósito era comprar el primer 45 de Elvis. Cada uno de nosotros aportó una cantidad de dinero con la condición que lo tengamos cada uno por lo menos un día a la semana. Los fines de semana lo escuchábamos juntos en la casa de una amiga que estudiaba en el Rosa de Santa María porque tenía una radiola marca Telefunken donde el disco sonaba como dios manda. Nuestra amiga, para no quedarse sola, invitaba a sus compañeras de colegio, con quienes pasábamos la tarde cantando y bailando rock.
El día que me tocaba a mí, lo escuchaba en la casa de una vecina porque a mi abuela no le gustaba esta música y no soportaba la bulla. Y de tanto ir a la casa de Rosita, así se llamaba mi vecina, llegamos a tener una cortísima relación de estudiantes. Y como dice el tango, amores de estudiante, flores de un día son, la relación terminó porque alguien rayó el 45 RPM. La verdad es que nunca supimos quién fue el autor de semejante atentado contra el rock. Sospecho que fue su padre porque detestaba la nueva ola, particularmente el rock.
– ¡Al diablo con esa música! No quiero que te llenen la cabeza con tonterías. Y dile a ese muchachito que no vuelva más con los discos de ese cantante norteamericano porque se los rompo en la cabeza. Gritaba el enfurecido padre cada vez que llegaba de su trabajo y encontraba a su hija escuchando a Elvis Presley en la radiola que la cuidaba más a que a su mujer.
Su reacción era comprensible porque, como comandante del Ejército, no le interesaba otra música que no sea la marcha de Uchumayo interpretada por la Banda de la Republicana. Hasta que un día me enteré que Rosita se había casado con un teniente que estaba bajo el mando de su padre, obligada por la tradición familiar. Al poco tiempo me llamó para decirme que yo tenía razón sobre la nueva ola y por eso guardaba con cariño el disco que le había regalado en su último cumpleaños. Ya era tarde, no solo porque Rosita ya estaba casada, sino porque mucha agua del río Rímac había pasado bajo el puente Balta y, coincidentemente, en la radio ya sonaba con fuerza la canción “Murió la Flor” interpretada por Los Angeles Negros. Y como Rosita tenía el nombre de una flor…
En esa época también estaba de moda Bill Haley, pero no era un artista que deslumbraba como Elvis Presley, sin embargo, no había fiesta donde no se ponían sus discos para bailar twist.
La verdad que Bill no era muy carismático, pero sí muy popular. Jamás olvidaré la desilusión de mis amigas aquel 25 de noviembre de l960, fecha en que el cantante llegó a Lima acompañado de sus seis Cometas: Williamson, Grande, Beecher, Pompilli, Rapa y Ward, para la inauguración del nuevo edificio de radio Victoria en la Av. Tacna, de propiedad de Eduardo Cavero Dubois. Yo era un chiquillo cuando varias de ellas nos pidieron, a mí y a mis amigos, acompañarlas al centro de Lima porque decían que sus padres confiaban en nosotros y que estaban locas por conocer al rey del twist.
Para darles gusto nos reunimos en la esquina de las avenidas Tarapacá y Francisco Pizarro, en el Rímac y enrumbamos al hotel Savoy..
Cuando llegamos al hotel, vimos que ya había un numeroso grupo de fanáticos esperando que el cantante se asome por lo menos a la ventana de su habitación, pero no lo hizo. Allí estuvimos parados como postes casi una hora. A los chicos eso nos parecía una idiotez. Y en momentos en que ya nos íbamos, requintando a los mil diablos, se apareció el cantante caminando sobre las mullidas alfombras del Savoy y mascando chicle. Lucía un terno formal color claro, corbata roja y un pañuelo blanco en el bolsillo chiquito de su saco. Y lo que más nos llamó la atención fue su sombrero. Vestido de esa manera, parecía más un funcionario de la embajada norteamericana que un embajador del twint.
Las chicas, especialmente Celia, la enamorada de uno de mis amigos, que la noche anterior no había podido dormir pensando en el cantante, se llevaron una gran decepción. Y nos les faltaba razón porque las fachas de Haley eran un desastre. Peor fue su fugaz aparición, porque apenas salió del hotel se dirigió a su auto, rodeado de sus guardaespaldas, como si nadie lo estuviera esperando afuera. Parecía ido, sin embargo, en ese momento los gritos de histeria de sus admiradoras lo obligaron a saludarlas por lo menos batiendo sus manos en el aire. Por esa razón, mis amigas ya no quisieron ir a las puertas de la emisora donde deslumbró como showman y como cantante. En este mismo programa de inauguración se presentó Luisito Aguilé.
Ante semejante desplante del rey del twist, los chicos tuvimos que vernos obligados a poner paños fríos invitando a nuestras desilucionadas amigas a saborear unos helados con fudge en la Botica Francesa del jirón de la Unión.
No obstante de este detalle, la llegada de Bill Haley y sus cometas, fue sensacional, sirvió para que el twist se pusiera de moda en el Perú aunque, también es cierto, que mucha gente todavía deliraba con las grabaciones de Frank Sinatra, el cantante que había alcanzado su esplendor en la década de los cincuenta, sacándole el máximo provecho a la radio y a los nuevos aparatos electrónicos que revolucionaban el mundo del sonido que hacían resaltar su voz por encima de la orquesta porque, contrariamente a lo que muchos creían, Sinatra no tenía una voz potente, pero sabía controlar su respiración y tenía precisión en el fraseo y, sobre todo, era muy hábil para jugar con el micrófono.
Cuando se inició como cantante, coincidentemente, la radio estaba en todo su esplendor en los Estados Unidos y la gente vivía pendiente de las grabaciones y los programas en vivo que se difundían con la actuación de Bin Crosby, Benny Goodman y Louis Amstrong, grandes figuras con una gran influencia del jazz. Por entonces, Sinatra cantaba en bares poco conocidos en su ciudad natal de Hoboken (Nueva Jersey). Hasta que un día se animó a participar en un concurso de radio denominado “La hora de los aficionados” acompañado por el grupo “Three Flashes” que solo para esa presentación adoptó el nombre de “Hoboken Four”, logrando el primer lugar.
En 1940 fue contratado como vocalista de la orquesta dirigida por Tommy Dorsey de quien años después Sinatra dijo: “Tommy, para mí fue un verdadero maestro tanto en la música como en el negocio, en todos los aspectos”. Es precisamente bajo la dirección de este director que obtiene el primer lugar en la revista Billboard con el tema “Nunca sonreiré de nuevo”.
En 1942, actúa como invitado en el show de Benny Goodman en el teatro Paramount de Nueva York, desatando una histeria colectiva sobre todo entre las jovencitas, hecho que se fue muy comentado por la prensa. Es a partir de ese momento que se convierte en el ídolo de las quinceañeras. En 1944 estrena su programa de radio “El Show de Frank Sinatra” que se transmite de manera sucesiva en varias emisoras, convirtiéndose en el amo y señor de la sintonía durante los 14 años que estuvo en el aire. Ganaba mucho dinero y era feliz con su esposa Nancy Barbato.
Como consecuencia de un tórrido romance con Ava Gardner se rompe su matrimonio y sus vinculaciones con la mafia hacen que su popularidad se vaya en picada. Tuvo que gastar mucho dinero y pedir favores a sus amigos para ser incluido en la filmación de la película “De aquí a la eternidad” con la que ganó un Oscar en 1954 como mejor actor secundario. Como el filme fue un éxito de taquilla, empezaron a lloverle grandes ofertas.
Alan Livingston de la disquera Capitol lo consideraba como un cantante acabado y pasado de moda. Sin hacerle caso, Sinatra con apoyo del director de orquesta Nelson Riddle, le demostró todo lo contrario grabando éxitos de indiscutible calidad y haciéndose merecedor del sobrenombre de “La voz”
Lidera la llamada “Pandilla de ratas” que el actor Humphrey Bogart y su esposa Lauren Bacall habián formado con un grupo de amigos, al que se incorporan Dean Martin, Sammy Davis (Jr.), Peter Lawford, Judy Garland y su marido, Hjordis, David Niven y su esposa y otras estrellas de Holliwood.
Al separarse de Ava Gardner, se vincula sucesivamente a las estrellas Judy Garland, Kim Novak y Lauren Bacall. En 1964 conoce a Mia Farrow de apenas 19 años de edad, actriz de la serie de televisión Peyton Place y se casa, para luego separarse un año después.
Sinatra, ganaba mucho dinero. Tenía cuatro empresas discográficas, era socio de casinos en Las Vegas, accionista de varias inmobiliarias y radioemisoras, pero la justicia no lo dejaba en paz. Lo llamaba permanentemente para que aclare sus vinculaciones con la mafia. En marzo de 1962, para revertir su baja popularidad como cantante grabó con Elvis Presley un especial para la televisión, costándole 100 mil dólares por solo diez minutos de actuación que incluía una canción a dúo.
En 1970 fue citado por una Comisión Investigadora del estado de Nueva Jersey para que declare sobre sus vinculaciones con la mafia. Se sabía que tenía una estrecha amistad con Lucky Luciano, considerado como el capo del crimen organizado a quien lo había visitado en La Habana y en Sicilia. También fue amigo del mafioso Sam Giancana. Sus relaciones con la Cosa Nostra se iniciaron cuando estrechó relaciones con su tío Babe Gavarante miembro de una banda en Nueva Jersey. Cuando contrajo matrimonio con Nancy Barbato prima de un miembro de la banda de Guarino Moretti, Sinatra fue invitado a cantar en la boda de su hija, hecho que inspiró al director de cine Francis Ford Coppola para filmar una escena de la película “El Padrino”.
Sinatra también estuvo muy metido en política. Su primer paso lo dio cuando anunció su apoyo al candidato republicano Ronald Reagan, aspirante republicano a un segundo mandato como gobernador de California. Lo siguió apoyando cuando postuló a la presidencia, recaudando 250 mil dólares. Y no solo apoyó al partido republicano, también lo hizo con los demócratas recaudando fondos de manera incansable para la campaña en favor de John F. Kennedy quien, alertado de las vinculaciones nada santas del cantante, quiso apartarse de él después de su nominación como candidato, pero sus asesores le dijeron que Sinatra había ayudado a recaudar 1 millón 300 mil dólares y tuvo que retractarse.
Luego de la muerte de sus entrañables amigos Sammy Davis y Dean Martin, Sinatra se sumió en una profunda depresión y un año después tuvo que ser internado en el hospital. El 25 de febrero de 1995 ofreció su última presentación en el hotel Marriott ante mil doscientas personas y el congreso de los Estados Unidos le concedió la Medalla de Oro. El 4 de mayo de 1998, muere a los 82 años de edad de un ataque al corazón. Entre sus inmortales éxitos figuran / Extragers in the nigth / New York, New York / y / My way /.
En la misma época en que brillaban Elvis y Bill Haley, aparecen excelentes grupos cultores del rock, entre ellos el Cuarteto Imperial, Las Supremas, The Kinks, The Mamas and the Papas, The Temptations, The birds, The búffalo springfield y La Quinta Dimensión. Es cuando también sale del anonimato un productor visionario llamado Phil Spector, que compone y hace arreglos de temas muy poco conocidos que encandilan a los oyentes de las radios a través de las voces de Las Ronettes, Las Cristals y las Chicas Malas. Su brillante carrera se manchó cuando en abril del 2003 fue condenado a 19 años de cárcel por el asesinato de la actriz Lana Clarkson. No hace mucho, cuando cumplió 69 años de edad declaró: “Esta vida de encierro diario, lentamente me está volviendo loco y me mata. Y llaman a esto una sociedad civilizada. ¡Los bichos viven más civilizadamente debajo de sus rocas” ”
Entretanto, en California, el guitarrista zurdo Dick Dale conoce a Fender, el más famosos fabricante de guitarras eléctricas que llevan su apellido, a quien le pide probar uno de sus instrumentos. Como era zurdo, para no tener problemas tuvo que invertir las cuerdas y creo un sonido muy original, inspirado en las olas del mar, lo que posteriormente valió ser considerado como el Rey de la Guitarra surf. Un día, mientras fumaba un pitillo a orillas del mar, escuchó la canción “Dulces l6”, tema que lo impresionó y, ni corto ni perezoso, le cambió las letras. Luego de hacerle algunos arreglos lo transformó en “La Chica Surfista”, canción que los Beach Boys lo grabaron y lo convirtieron en un verdadero hit.
Con el paso del tiempo el rock se fue enriqueciendo y variando de matices, desde el punk rock, es decir el rock basura (Inglaterra) hasta el rock metálico (USA). En l966 se produce su más notable variante con la onda sicodélica, que más que un simple ritmo fue todo un movimiento calificado por algunos como satánico, por su adoración a las imágenes subrealistas, a las margaritas y a los colores vivos.
Con el rock llega el hippismo y en 1969 se organiza lo que sería el más grande acontecimiento musical de todos los tiempos: el festival de Woodstock, el mismo que se desarrolla en una granja de Nueva York los días l5, l6 y 17 de agosto, donde desfilaron los más connotados representantes del rock. El encargado de empezar el desfile artístico fue Richie Havens, con su voz pastosa y acompañándose con su guitarra de palo y cuerdas de nylon, ante más de cuatrocientas mil personas.
Woodstock no solo fue una revolución musical, sino el inicio de un cambio social en el mundo. Los cientos de miles de participantes no podían ser contenidos por las fuerzas del orden porque cada minuto que pasaba seguían llegando más y más. En los tres días que duró el festival, la gente dormía a la intemperie, fumando marihuana y consumiendo LSD. Allí se proclamó la práctica del amor libre provocando el más grande escándalo de la historia, después de Sodoma y Gomorra.
Recuerdo que yo ya tenía un programa de nueva ola en radio La Hora del Cusco, donde daba cuenta de este acontecimiento y difundía los discos de los participantes que me los proporcionaba Seth Eatsman, miembro del Cuerpo de Paz, profesor del Instituto Cultural Peruano Norteamericano del Cusco y, por sobre todas las cosas, amante del rock, a quien no puedo dejar de mencionarlo y rendirle mi homenaje póstumo. Falleció en Uruguay abaleado por los Tupamarus.
Sin embargo, Woodstock no fue el primer ni el más grande festival que se organizó en esa época, dos años antes, en 1967, teniendo como escenario el parque Golden Gate de San Francisco se llevó a cabo el Festival de rock más grande de los Estados Unidos, denominado “Verano de Amor”, en favor de la paz, el amor y el entendimiento, festival que luego de más de 40 versiones sigue reuniendo a multitudes, como una demostración del deseo de la gente de querer mantener vivo el recuerdo de aquellos días dorados del rock. Pero, sin duda, Woodstock seguirá siendo el referente más importante de la historia del rock.
Y quién hubiera imaginado que solo un cuarto de siglo antes, muchos de los papás de estos jóvenes americanos y europeos se hallaban en los campos de batalla, agarrando un fusil en lugar de una guitarra o metidos en un cuartel en lugar de estar en las universidades, por haber sido reclutados para defender una causa que nadie entendía: La Segunda Guerra Mundial.
Fue mucho después, en la década de los cincuentas, que la juventud europea empezó a conocer el rock. Y lo que ocurrió en Inglaterra fue algo más que sorprendente, chicos y chicas se volcaban a las tiendas de discos para comprar las primeras grabaciones de los norteamericanos Bill Haley y Elvis Presley, quienes se habían apoderado de esa plaza.
Las radios londinenses se mantenían reacias a transmitir rock. No podían concebir la idea que este nuevo ritmo se estuviera imponiendo entre los jóvenes, destruyendo sus tradiciones familiares y moldes musicales. Pero ante los insistentes reclamos de los oyentes, las radioemisoras tampoco podían seguir postergando la difusión de los discos de Halley, ni mucho menos podían seguir acallando la voz de Elvis Presley, el rey del rock.
A manera de consuelo, los columnistas de las revistas especializadas decían que esos nuevos grupos y cantantes americanos no eran más que reformadores del legado cultural británico, como súbditos de sus antiguas colonias y lo que estaba ocurriendo no era más que una variante de esa enseñanza musical. No obstante, los jóvenes británicos no se tragaban esa píldora y se propusieron tocar y cantar como Elvis y, más aún, querían superarlo.
Los británicos no tuvieron que esperar mucho para que los sueños de venganza, ante la arremetida de Elvis y Bill Haley, se hagan realidad. Al poco tiempo, en Liverpool, un tranquilo pueblito de Inglaterra, cuatro jóvenes predestinados para defender el orgullo británico, estaban moldeando un nuevo estilo de cantar el rock.
Los cuatro tenían un denominador común: habían nacido en plena Guerra Mundial. El 7 de julio de 1940 Richard Starkey, bautizado artísticamente como Ringo Starr y el 9 de octubre de ese mismo año John Winston Lennon. Dos años después, el l8 de junio de l942 James Paul Mc Cartney y al año siguiente, el 25 de febrero de 1943, George Harrison.
John, tuvo una infancia solitaria al haber sido abandonado por su padre antes de cumplir el mes de nacido. De adolescente resuelve salirse de la Escuela de Jazz donde su tía Mary Stanley, conocida como Mimi, lo había matriculado casi a la fuerza. Durante cinco años estuvo metido allí tocando un ritmo que no le satisfacía plenamente pero le sirvió de mucho para moldear su genialidad musical. Luego consigue una beca para estudiar arte y conoce a Cinthia Powell, con quien contrae nupcias y le da un hijo, Julián. Esta relación duró apenas tres años.
Después de sus clases, John acostumbraba ir de tienda en tienda para oír rock y decide seguir esa línea cuando forma su primera banda llamada “The Quarrymen”. Al disolverse la agrupación organiza otra, a la que denomina “Johnny and The Moondogs”. Luego ensambla la banda “John and Silver Beatles”. No satisfecho con este conjunto, hace otro intento organizando el conjunto “John Silver and The Beatles”.
En l956, cuando John tocaba en una fiesta, conoce a Paul Mc Cartney y lo invita a formar una nueva banda porque “era bueno afinando la guitarra”. A los pocos días George Harrison, quien consideraba a Elvis como su camino y su luz, es invitado por Paúl. Junto con él también es llamado Pete Best, el primer baterista que tuvo el grupo.
Al principio hacían más bulla que música. Hasta que en 1962 se aleja Best y llaman a Ringo Starr. Es cuando deciden quitarle “ John Silver” al nombre original de la banda para llamarse definitivamente “The Beatles”, nombre con el que comienzan a actuar en La Caverna, un oscuro local instalado en un sótano de Liberpool, que tenía un escenario muy pequeño, debajo de un arco de ladrillos y cemento. Y el encargado de ponerle el ritmo que los hizo únicos y la línea musical que debían seguir, fue George.
Hasta que un día, llegó al local el joven productor Brian Epstein, por encargo de una tienda de discos con el fin de averiguar por el grupo, ya que algunas chicas que iban a la tienda preguntaban por temas interpretados por “unos muchachos que actuaban en La Caverna con el nombre de The Beatles”.
Epstein de origen judío, llamado con justicia el quinto Beatle, era un señorito rico, homosexual y lanzador de nuevos ídolos en un medio donde predominaba la música clásica y el jazz. Fue el único en pronosticar que la música popular tendría un gran futuro, y no se equivocó. Y es así que contacta con los chicos de La Caverna.
Establecida la vinculación, en 1962 Epstein acude a la disquera DECCA Recording Company para plantearles a sus ejecutivos la posibilidad de grabar el primer disco. Lamentablemente, luego de las pruebas, su propuesta fue rechazada. Le dijeron “No nos gusta como suenan y la música de la guitarra está pasando de moda” De esa manera, los directivos de esta disquera pasaron a la historia como responsables de un garrafal error.
Para Epstein esto no fue un total fracaso porque con la cinta de prueba en sus manos empezó a recorrer otras disqueras, entre ellas PYE y ORIOLE, de donde también fue rechazado, constituyendo otras equivocaciones históricas para ambas empresas. A los pocos días George Martin un sabueso de la disquera EMI, luego de escuchar la cinta, no dudó en firmar el contrato. Lamentablemente, las condiciones, a decir del propio John Lennon, eran miserables, pero todos los integrantes del grupo reconocieron que estaban pagando el noviciado.
Este contrato les permitió hacer giras y presentarse en innumerables escenarios, donde fueron aclamados, a excepción de Filipinas, donde los apalearon salvajemente por órdenes del dictador Ferdinand Marcos por no haber aceptado una invitación de su esposa Imelda.
Epstein, consumía marihuana y LSD y sufría de depresiones. En varias ocasiones estuvo al borde del suicidio y en agosto del 67 fue hallado muerto en su casa de campo, por una sobredosis de fármacos, cuando los Beatles se hallaban fuera. Al enterarse de la noticia John dijo:
–Ahora sí que nos hemos jodido. Este es el fin…el fin de los Beatles.
Efectivamente, a los tres años de la muerte de Epstein, los Beatles se desintegraron. Con Epstein, no solamente habían salido de La Caverna, sino que se transformaron y empezaron a usar pantalones y casacas de cuero, más por extravagancia que por buen gusto. Estando en Hamburgo pulen su estilo y deciden lanzarse a la conquista de Londres, confiando solo en su carisma y originalidad. En principio fueron tratados de provincianos sin mayor brillo, hasta que alcanzan notoriedad.
En mayo del 63, ya estaba en el primer lugar del ranking con “Fram me to you”, para luego alcanzar su máximo éxito artístico con “She love you”. Es cuando empiezan a andar con los Rolling Stones. Especialmente Johnn pasaba mucho tiempo con Brian Jones y Mick Jagger, a quienes los admiraba.
Por una condición que les puso una televisora los Beatles tuvieron que dejar sus pantalones y casacas de cuero para adoptar sacos cortos, camisas con cuellos anchos, corbatas delgadas y botines. Con lo único que ellos pidieron quedarse fue con sus cabellos largos. A partir de ese momento impusieron su estilo en la música, en la forma de vestir y en el uso de los cabellos largos.
A diferencia de Elvis, que no tenía con quien discutir sus composiciones, salvo con sus propios fantasmas cada vez que consumía estimulantes, los Beatles hacían sus arreglos y composiciones, juntos, jugando, bromeando y burlándose de sus propias travesuras porque, más que compañeros, eran amigos. Sin embargo, por esas cosas de la vida, ellos también fueron alcanzados por el flagelo de las drogas. Nadie lo creía porque parecían ser los chicos buenos del rock, mientras que los Rolling Stones eran los chicos malos por su vinculación a los estupefacientes, la violencia y misteriosas muertes luego que uno de sus integrantes, Brian Jones, fuera hallado sin vida por sobredosis en la piscina de su residencia, tres semanas después de haber anunciado que iba a abandonar el grupo.
Sin embargo, no todos los pasos de los Beatles fueron exitosos. Sus primeros discos en EEUU fueron un fracaso. Gastaron más dinero en los envíos que lo que recibían por regalías por estar en disqueras muy pequeñas que no eran conocidas. Y en esa época quien no entraba al sello EMY no tenía brillo. Los Beatles, con mucho esfuerzo lograron que el sello Capitol lanzara su primer tema y es cuando recién Estados Unidos exigió su presencia.
Su llegada al aeropuerto Kennedy de Nueva York fue apoteósica, donde miles y miles de fanáticos los esperaban. Desde Menphis Elvis les envió un telegrama para desearles éxitos en su gira como una atención porque, cada vez que los entrevistaban, los Beatles no negaban ser admiradores de sus canciones.
Después de su visita a la ciudad de los rascacielos y luego a Washington llegan a Miami, donde Ringo bromeó diciendo que recién entendía por qué Londres no tenía sol, era porque Miami se lo había robado.
La gira a los EEUU fue una hazaña jamás lograda por grupo británico alguno. La venganza estaba consumada. Los Beatles hacían en América lo que Elvis había hecho años antes en el Reino Unido.
A partir de este momento, los Beatles no solo se convirtieron en los más grandes representantes de la Nueva Ola, sino también en los elegidos por Dios para tocar la música celestial que en ese tiempo necesitaba escuchar la joven feligresía. Ellos cambiaron el mundo. A finales del 2005, la revista Variety, califica a los Beatles como los artistas más influyentes de los últimos 100 Años.
Después del fallecimiento de Brian Epstein tomó el liderazgo Paúl Mac Cartney uno de sus integrantes. Pero lamentablemente “lo único que hacía era vagar sin rumbo”, según declaraciones de John Lennon, antes de la desintegración del grupo, en 1971.
A John le molestaba que Paúl se convierta en líder del grupo. Cuando decidieron tener su propio estudio de grabaciones empezó una etapa de desavenencias porque discutían de cosas banales. Según Ringo, los días eran largos y aburridos en el estudio.
En declaraciones para el programa de TV “La Antología de los Beatles” Harrison dijo que “con la llegada del Año Nuevo, pensábamos que vendría algo nuevo, pero no había nada nuevo”. Por su parte Johnn declaró que le molestaba que en el estudio los estuvieran filmando siempre.
Fue cuando Harrison amenazó con irse. Y antes que esto reviente decidieron cambiarse a los estudios de APPLE Electronic, donde les dieron un pequeño salón más acogedor. Pero sus disputas no cesaban.
Cuando Yoko Ono, a quien había conocido John en un museo, empezó a asistir a los ensayos y grabaciones sin dejarlo ni un solo instante, terminó por sacar de quicio a los demás. Estaban locos. Para presentar sus nuevas canciones quisieron hacer un concierto en un barco o en Grecia, hasta que finalmente se decidieron hacerlo en la terraza de un edificio de seis pisos en pleno centro de Londres. La gente que pasaba por la calle se quedaba sorprendida por la extravagancia.
Entretanto, Paúl fue descubierto en su domicilio con hachís y marihuana, siendo arrestado. Igualmente Harrison fue apresado por el mismo motivo. Y John, por su parte, no solo consumía droga sino que tenía puesta toda su atención en Yoko Ono, solo vivía para ella.
El mismo John declaró: “Pensé que podía acoplar a Yoko a nuestras vidas, pero parecía que tenía que estar casado o con Yoko o con los Beatles. Yo escogí a Yoko y esa fue una decisión correcta. Mis compañeros la detestaban desde el comienzo. George la insultaba en la cara diciéndole que daba malas vibraciones”.
Haciendo un último esfuerzo por mantenerse unidos, los Beatles contrataron un nuevo manager, Alan Klein, con quien se propusieron hacer el álbum, “Let it be”. Todos estaban seguros que iban a concluirlo pero, al mismo tiempo, sabían que sería el último disco.
Al separarse del grupo, Lennon decide contraer matrimonio con Yoko Ono. De esa relación nació Sean, el segundo hijo del beatle. Alquilaron un minidepartamento de apenas dos habitaciones en la calle Bank de Nueva York un conocido barrio de West Village, donde para desplazarse se compraron bicicletas. Es cuando empiezan a predicar en favor de la paz y en contra de la guerra de Vietnam. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de los EEUU, les seguía los pasos por sus vinculaciones con los grupos antibelicistas. En los documentos secretos de la CIA que últimamente fueron desclasificados se revela que por el contenido de algunas de sus canciones Lennon tenía puntos de vista revolucionarios. En una entrevista concedida al diario The Red Mole de Londres el cantante recalca su origen proletario y su simpatía por los oprimidos y la gente sin privilegios.
El presidente Richard Nixon se valió de una condena menor a Lennon por tenencia de drogas en Inglaterra para decretar su expulsión de los EEUU. Es cuando el alcalde neoyorquino John Lindsay envía una carta al Servicio de Inmigración y Naturalización, destacando las contribuciones artísticas y donaciones de Lennon y les solicita les permitan quedarse. En 1975 Yoko y John obtienen la tarjeta de residencia permanente, el mismo año en que murió su hijo Sean y dos días antes de ser asesinado.
Tampoco la nobleza inglesa estaba muy de acuerdo por el comportamiento de Lennon. No olvidaba su malacrianza cuando en una de sus presentaciones, en 1963, con asistencia de la reina Isabel, el Beatle se mofó diciendo “Los de la galería pueden aplaudir, los de los palcos basta con que hagan sonar sus joyas”.
Al igual que Lennon, otro cantautor, poeta y músico que se convirtió en líder de los movimientos por los derechos civiles y su rechazo a la guerra de Vietnam fue Robert Zimmerman. Conocido en el mundo artístico como Bob Dylan, único cantautor que recibió el Premio Nobel de Literatura. Sus canciones fueron verdaderos himnos antibélicos como “La respuesta está en el viento” que habla de la paz, la guerra, la compasión y la libertad…
Entre los grupos destacan, igualmente, The Rolling Stones, formado en Cambridge por el compositor y guitarrista Syd Barret, pero tuvo que abandonar la agrupación por un problema de drogas, siendo reemplazado por David Gillmour. Los demás integrantes fueron Roger Walters (Bajo) Nick Mason (Batería) y Rick Wright (Teclados).
Led Zeppelín (1968), fue liderado por el guitarrista Jimmy Page, e integrado por John Paul Jones, Robert Plant y John Bonham. El cuarteto que nace de la disolución de The New Yardbirds logra notable éxito con Un ladrillo en la pared / Danzed and confused / Inmigrant song / Black Dog / Kashmir / y / No Quarter /. Lamentablemente, sus giras se caracterizaban por el abuso del alcohol y las drogas.
Charles Aznavour es el símbolo de la nueva ola en Francia. Nació en París el 22 de mayo de 1924. Fue cantante, compositor y actor francés de origen armenio, considerado en todo el planeta como «el embajador de la chanson –canción francesa–». Aún activo hasta los 94 años, cuando falleció, era uno de los cantantes franceses más populares y de carrera más extensa en la historia de la música universal, el más conocido del mundo, llegó a vender doscientos millones de discos
Aznavour cantó para presidentes, papas y realeza, así como en eventos humanitarios. En respuesta al terremoto en Armenia de 1988, fundó la organización caritativa Aznavour para Armenia con su amigo de toda la vida, el empresario Levon Sayan. En 2009 fue nombrado embajador de Armenia en Suiza, permaneció como delegado de las Naciones Unidas en Ginebra.
El 24 de agosto de 2017, fue galardonado con la estrella en el Paseo de la Fama en Hollywood.
Los españoles tampoco podían soportar la avalancha de temas en Inglés interpretados por los americanos y británicos y deciden hacer su propia revolución musical. Y entre los primeros estuvieron Los Gatos Negros, haciendo sentir sus gruñidos en los techos de Madrid y calentando las antenas de las radioemisoras con / Juanita banana / Eres un Demonio / He nacido por ti / Voy a Enloquecer /, entre otros.
Pero, sin duda el mejor comandante en jefe español fue Raphael, el andaluz nacido para cantar, que a los siete años de edad ya actuaba en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y a los ocho ganaba su primer concurso. A los trece se convierte en artista profesional, lo que le permite ganar sus primeras pesetas con las que su familia deja atrás una pobreza que parecía de nunca acabar. Y, como en los cuentos de hadas, después de llenarse de éxitos y dinero, contrae nupcias con una condesa y “digan lo que digan” les tapó la boca a todos aquellos que cuestionaban su condición de macho. “Desde aquel día” no dejó de gritarle al mundo “Yo soy aquel”.
Raphael, junto a Manuel Alejandro, uno de los grandes compositores de la nueva Ola, el genio que supo captar con inteligencia el sentir de la gente enamorada de la época, se encumbró como ningún otro artista español. Hoy, el divo disfruta de sus más de 50 años de éxitos junto a su esposa y a sus tres hijos: Manuel, Alejandra y Jacobo. Y sigue y seguirá cantando, a pesar de tener un hígado trasplantado y los años que ya pesan sobre sus hombros. En toda su carrera ha ganado 350 discos de Oro, 50 de Platino y un disco de Uranio.
Otro de los españoles que salió a defender los colores de su patria fue Nino Bravo quien, lamentablemente, pasó por el firmamento artístico como una estrella fugaz por un accidente automovilístico que truncó su brillante carrera la mañana del lunes 16 de abril de 1973, cuando acompañado de su guitarrista y amigo José Juesas Francés y del Dúo Humo, partían de Valencia hacia Madrid para acudir al estudio de grabación. Tras su fallecimiento, todavía se siguen comprando sus discos con mucho interés entre ellos América y Noelia.
Julio Iglesias (1943), merece un santuario especial en la catedral de la nueva ola española por ser el cantante latino que más discos vendió (260 millones), en catorce idiomas. Tiene numerosos discos de platino y oro y es además el único cantante que ha recibido el disco de diamante otorgado por el Libro de los Records Guinness.
Iglesias, se inició como cantante de manera fortuita. Fue en la época en que jugaba por el equipo juvenil del Real Madrid y sufrió un accidente automovilístico que lo dejó paralizado de medio cuerpo, impidiéndole caminar y asistir a sus clases de Derecho durante dos años. Un día, su enfermero Eladio Magdalena al ver que le gustaba escribir poemas le obsequió una guitarra para que le ponga música a sus composiciones y de paso pueda ejercitar sus dedos.
El 17 de julio de 1968 gana el Festival de Benidorm cantando su composición “La vida sigue igual” que la había escrito durante su recuperación.
En 1970 conoce a la filipina Isabel Preysler con quien se casa y tiene tres hijos. Años después Isabel contrae nupcias con el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Iglesias, luego de su divorcio, se une a Miranda. Actualmente radica en Miami con su nueva familia.
En esa misma época aparecen otras figuras españolas que encandilan a los oyentes de la radio durante varias décadas, entre ellas Manolo Otero, cantando bellas composiciones como / María no más / Vuelvo a ti / Qué he de hacer para olvidarte /. José Luis Perales con más de 450 composiciones como “Un velero llamado libertad”, Danny Daniel interpretando “Por el amor de una mujer”, María del Pilar Cuesta, conocida como Ana Belén, nacida en Madrid el 27 de mayo de 1951, cantante y actriz casada con el cantautor asturiano Víctor Manuel. Miguel Ríos, apodado el rey del twist que alcanzó su mayor éxito en 1970 cuando su disco “Himno de la alegría” se vendió por millones en todo el mundo. María del Rosario Trinidad Mohedano, conocida en el mundo artístico como Rocío Jurado, nacida en Chipiona, Cádiz, en 1944. Lamentablemente el 2006 falleció debido a un cáncer hepático, dejando viudo al conocido torero José Ortega Cano y huérfanos a sus hijos José Fernando y Gloria Camila. A pesar de su partida, el mundo la sigue admirando y sigue tarareando / Ese hombre / Como yo te amo / A que no te vas / y /Se nos rompió el amor/
Jeannette, es otra de las destacadas baladistas de la nueva ola española. A pesar de no haber nacido en la península sino en Londres, siempre se consideró como una española de alma, vida y corazón. Alcanzó celebridad con “Soy Rebelde” y otras canciones que son verdaderos himnos de amor, entre ellos / Cuando estoy con él / y / El muchacho de los ojos tristes /. Actualmente vive en España con su hija y sus nietos.
España fue también un trampolín ideal para el lanzamiento de cantantes extranjeros que no habían logrado mucho éxito en sus países de origen como es el caso de Matt Monroe, un británico que llegó a la cúspide interpretando “Alguien cantó”, en español:
Eso mismo ocurrió con la cantante italiana Rafaela Carrá, Doménico Modugno y Charles Aznavour. Y en América Nat King Cole y Sergio Murillo. Este último inició su carrera en los programas de la televisión carioca sin mayor brillo. Y recién cuando se puso a cantar en español es que logra sus mayores triunfos. Entre sus mejores canciones figuran / Tú serás / Serás todo para mí / Adan y Eva / Abandonado / Oh Carol / Fenomenal / Querida / y / El bikini amarillo/.
Otro que se hizo famoso cantando en español fue Roberto Carlos, nacido en Espíritu Santo, una provincia de Brasi. El muchacho del “Millón de amigos”, a quien le gustaba viajar en su “cacharro” haciendo bip bip, se inicia como cantante a los nueve años recibiendo caramelos como pago. El chico que quiere ser “civilizado, como los animales” a los 15 ya integraba “Os Sputnicks”, su primera banda que se formó para actuar en el programa “Clube do Rock”, con la que graba sus primeros discos que resultan un verdadero fiasco.
Recién empieza a hacerse conocido cuando es llamado para conducir el programa de televisión “Jovem Guarda” en 1964. El 65 graba su primer LP como solista donde incluye temas como Es prohibido fumar / De qué vale todo eso /. Poco tiempo después, gana el festival de San Remo con “Una canción para ti”. Cuando se va a Argentina para grabar su primer LP en versión española se convierte en el ídolo de la juventud latinoamericana. Entre sus más grandes éxitos discográficos figuran: / La enamorada de un amigo mío / Los botones / Por ella / Telepatía / Camionero / Amada Amante / Detalles / Un velero llamado Libertad / y /Un gato que está triste y azul…
En las radioemisoras de Hispanoamérica también empieza a sonar con fuerza “Corazón contento”, una linda canción, tan linda como su intérprete, Marisol, seudónimo de Josefa Flores Gonzáles, a quien la llamaban “Pepa”. A los 12 años fue descubierta por el productor de cine Manuel J. Goyanes, impresionado por su expresión dulce y angelical.
En 1965 el cantante español Dyango triunfa en el Festival de la Canción de Duero. El cantante de los cincuenta y cinco discos de oro y cuarenta de platino también fue ganador del Festival de Benidorm con el tema “Si yo fuera él”.
Camilo Blanes Cortez, cuyo nombre artístico es Camilo Sesto fue otro de los grandes triunfadores de la nueva ola. Luego de sorprender con su voz cálida, flexible y potente en Alicante, lugar donde nació el 16 de setiembre de 1946, se decide conquistar el mundo. En los sesenta forma parte del grupo Los Dayson y luego se convierte en uno de los intérpretes más románticos de la balaba latina. Se hace popular con los temas /Algo de mí / Fresa salvaje / A tí Manuela / Mendigo de amor / y otros.
Entre las bandas españolas, además de los Gatos Negros, lograron destacar Los Los Mustang, Los relámpagos, Los Bravos con “No es Nada Extraño” y “Quiero Gritar” y Los Brincos con “Julieta”. Mocedades el famoso grupo formado en 1969 que popularizó excelentes títulos como / Eres tú / Secretaria / Tómame o déjame / y /Quién te cantará /, Fórmula V con inolvidables temas como /La playa, el sol, el mar, el cielo y tú / Cuéntame / Tengo tu amor / Cenicienta/ y / Carolina /.
Y lo mejor que le pudo ocurrir a España fue la aparición en Barcelona del Dúo Dinámico (1958), conformado por Ramón Arcusa y Manuel de la Calva. Sus canciones aún se siguen cantando, entre ellas Amor Amargo / Al final del verano / Quince años tiene mi amor / Lolita / Quisiera ser / Pedóname / Limbo Rock” y Resistiré, tema seguramente de mayor recordación.
Otro de los países donde floreció la nueva ola fue sin duda Italia. Por un buen tiempo Roma se convirtió en la capital de la música donde acaparaban la atención brillantes exponentes como Rafaella Carrá, Salvatore Adamo, Al Bano, Claudio Baglioni, Nicola Di Bari, Pepino Di Capri, Adriano Celentano, Gigliola Cinquetti, Nico Fidenco, Rino Gaetano, Doménico Modugno, Iva Zanicchi, Laura Pausini, Rita Pavonne, Silvana Di Lorenzo, Romina Power, Máximo Ranieri, y Ornella Vanoni,
Raffaella Carrá nació el 18 de junio de 1943 en Bolonia, lugar donde se forma como bailarina y actriz cinematográfica. Su nombre completo es Rafaella Roberta Pelloni y fue considerada como “la diva italiana” por sus movimientos de cuerpo en sus presentaciones de “Cancionísima”, uno de los mejores programas de televisión italiana.
En su gira a España, le bastó una sola presentación en el programa “Señoras y Señores” de TVE, para hacerse de un lugar en la difícil plaza madrileña. Allí se afincó haciendo el programa “La Hora de Rafaella Carrá” cuyos enlatados se veían en Lima con gran éxito. Entre sus grabaciones destacan / Fiesta / En el amor todo es empezar / Qué dolor / Rumore / Caliente Caliente y / Tuca Tuca.
En Brindisi, Italia, nace Al Bano (1943), nombre que le puso su padre, en recuerdo a Albania, territorio donde peleó en la Segunda Guerra Mundial. Se enamora de Romina Power cuando fueron invitados a cantar a dúo el tema “Historia de dos enamorados”. Al contraer nupcias en 1970, inician una nueva vida de grandes satisfacciones que alcanza su mayor esplendor con su participación en el Festival de San Remo con el tema “La Siepe”.
Uno de los más aclamados, a los largo de la historia del festival San Remo fue Doménico Modugno, conocido por su canción “La distancia es como el viento”. En 1958 ganó con “Nel blu dipinto di blu” y en 1959, repitió el plato con “Piobe”. En 1962 ganó el tema “Adio Adio” con Claudio Villa y en 1966 “Dio come ti amo” con Gigliola Cinquetti.
En San Remo triunfaron inolvidables y maravillosas composiciones como “Al di la” ganado por Betty Curtis y Luciano Trajoli (1961), “Uno per Tute” por Emilio Perícoli (1963), “Zíngara” de Bobby Solo, en la voz de Iva Zanichi (1969), “Il Cuore é uno Zíngaro” con Nicola di Bari ( 1971)
Otro de los italianos que tuvo la virtud de hacer conocer su voz y sentimiento en todo el orbe fue Piero De Benedictus o simplemente Piero como todos lo conocen, cantautor contestatario, de pluma y sentimientos rebeldes y considerado como el líder de la canción política de protesta. Su mayor éxito es “Mi viejo”
En esta misma prodigiosa década de la nueva ola, hacen su aparición, en Japón Kyu Sakamoto que sorprende al mundo con Sukiyaki y The Singing Nun saca de los claustros del convento un tema sencillo titulado “Dominique”, interpretado en francés.
En Canadá los máximos exponentes de la Nueva Ola son Paúl Anka, compositor y cantante y Celine Dión. Paul Anka es autor de uno de los mayores éxitos de Fran Sinatra “My way”
Latinoamérica, tampoco se queda atrás. En Argentina aparecen excepcionales figuras como Los Cinco Latinos, conformado por Estela Raval, casada con Ricardo Romero, uno de los puntales del quinteto, Héctor Bousanti y Mariano Santinori. Durante varias décadas los Cinco Latinos fueron los rompe corazones cantando / Locamente te Amaré / La Casa del Sol Naciente / Come Prima / Solo tú / Quiéreme Siempre / Mi Oración y Tú eres mi Destino.
Leonardo Favio, seudónimo de Fuad Jorge Jury, es otro de los cantautores clásicos de la nueva ola argentina. Nacido en Luján de Cuyo, Mendoza, el 28 de mayo de 1938. Le tocó vivir una infancia muy difícil al haber sido abandonado por su padre. Y por su conducta inapropiada pasó gran parte de su adolescencia en un internado para menores, de donde siempre se escapaba. Llegó a ser seminarista y luego se enroló en la Marina de Guerra, pero en ambos sitios no duró mucho.
En vista que le encantaba componer canciones y escribir libretos, incursiona en el mundo de la cinematografía, al principio como actor y luego como director. Pero al darse cuenta que el cine no le daba satisfacciones económicas decidió probar suerte en el canto. Su primer 45 titulado “Favio quiero la libertad” fue un fracaso. Recién alcanza la fama cuando graba “Fuiste mía un verano” que los disc jockeys no dudaron en popularizarlo. Sin embargo, fue con la canción “Quizás simplemente te regale una rosa” que se consagra definitivamente, haciéndose más popular cuando se presenta en el Festival de Viña del Mar. Entre sus mejores temas, figuran / Ding Dong, las cosas del amor/ Ella…Ella ya me olvidó / Quiero aprender de memoria /Amanecer y la espera / Anny / y otros.
Roberto Sánchez, conocido como Sandro, se convierte en otro de los intérpretes infaltables en la programación de las radioemisoras argentinas y latinoamericanas. Desde los 12 años de edad Sandro ya deslumbraba en su colegio por sus provocativos movimientos imitando a Elvis Presley. En 1967 gana el primer premio del Festival de Buenos Aires con el tema “Quiero llenarme de ti”.
Lo llaman “el gitano” por su parentesco con miembros de la comunidad gitana. Su popularidad crece vertiginosamente al extremo de ubicarse en los primeros puestos del ranking de las radios bonaerenses cantando / Porque te amo / Rosa, Rosa / y / Como lo hice yo /.
Lamentablemente su adicción al cigarrillo empezó a cobrarle los impuestos ya que, a principios del 2008 se le descubrió graves lesiones en sus pulmones con complicaciones cardíacas. José Luis Rodríguez, “El Puma” otro de los brillantes cantantes de la época, dijo que Sandro fue quien hizo el primer programa vía satélite desde el Madison Squard Garden.
Pero sin duda el cantante más popular de la nueva ola argentina fue Ramón Bautista Ortega, “Palito”, nacido en Tucumán el 8 de marzo de 1942 quien, desde niño tuvo que ganarse la vida como vendedor de diarios y expendiendo cafés en forma ambulatoria. Para incursionar en el canto adopta el seudónimo de Palito Ortega y así empieza una brillante carrera artística. A partir de ese momento, todas, absolutamente todas sus hermosas grabaciones no dejaban de tocarse en las radios. Participó en 38 películas como cantante y en otras tantas como actor, productor y director.
Su carrera profesional empieza cuando es invitado al programa Club del Clan, del canal 11, junto con Violeta Rivas, Chico Novarro, Johny Tedesco, Raúl Lavié, Fernando de Soria y Anita Martínez (Estos últimos al contraer nupcias deciden afincarse en Lima logrando una exitosa temporada artística en la televisión. Luego de su divorcio, Anita Martínez establece su residencia en Chile.
Palito popularizó temas que ya son parte de la historia musical del mundo, como la Felicidad / Te estoy llorando / Vestida de Novia / Un muchacho como yo / Corazón contento / La Llorona / y otros.
El rock argentino se llama Charlie García, uno de los exponentes más notables de este género en Latinoamérica.
En este listado de cantantes de la nueva ola latinoamericana no podía faltar la talentosa Violeta Rivas, una muchacha que durante varias décadas subyugó a los oyentes de la radio con su dulce y romántica voz cantando / Llorando me dormí / La luna, el cielo y tú / Mi juramento / El Cardenal / El poeta lloró / El Baile del ladrillo / y otros. Tampoco se puede dejar de mencionar a Los Gatos con “El rey lloró”, a Carlos Javier Beltrán con “Cerca de los ojos, lejos del corazón”, a Juan Ramón, (Ellery Rech) el artista que se daba el lujo de cantar con el acompañamiento de la orquesta de Horacio Malvicino lindos temas como / Tercera Luna / y / Quiero tener tu mano. Ni qué decir de Leo Dan, otro de los iconos de la nueva Ola latinoamericana, nacido en Santiago Del Estero en 1945.
Antes que estos artistas nacieran ya cantaba en Buenos Aires Billy Cafaro, seudónimo de Luis María Cafaro (1936). Surge de la noche a la mañana, cuando se presenta en un programa de radio El Mundo. Lamentablemente, después de sus éxitos “Personalidad” y “Pity Pity”, pasó a la historia-
Luego, aparece Julio César Eugenio, conocido con el seudónimo de Yaco Monty, y a quien lo recordaremos precisamente por el título de su mayor éxito “Siempre te recordaré”
El 24 de febrero de 1936, nace Luis Aguilé, otro de los exponentes de la nueva ola argentina. Se convierte en otro rompecorazones de la canción con / El preso Nº 9 / Tu recuerdo / Qué será será / De Azul pintado de azul / La Cinta Verde / Julia / Regrasa a mí / Amémonos así / Mira qué luna / Cuando salí de Cuba / Ven a mi casa esta navidad / y otros.
En la misma época en que aparecían Los Cinco Latinos, considerada como la mejor agrupación de esos tiempos, surge una agrupación similar con el nombre de Los Santos, integrada por Alicia Santos, una de las más bellas voces argentinas, su esposo Héctor Horacio Santos y Ricardo Lescano. Para recordarlos basta con mencionar estos títulos: / Señorita Luna / El Elegante / Voy Caminando / y / En el boulevard /.
En Uruguay, la revelación más sorprendente fue la de Los Iracundos, en 1960, considerado como el mejor grupo de rock latino. Se forma en Paysandú por iniciativa de Eduardo Franco, su gestor, compositor y vocalista, y lo integran su hermano Leonardo Franco (1ª guitarra), Juan Carlos Vásquez (Batería), Jesús María Febrero “Febro” (Teclados), Juan “Bosco” Zabalo (2ª guitarra) y Hugo Bargueño( Bajo eléctrico). En 1963 graban su primer LP en Buenos Aires, deslumbrando con Puerto Montt / Es la Lluvia que cae / Chiquilina / Mamarracho / el Desengaño / La Bámbola / y Felicidad. El 1 de febrero de 1989 muere Eduardo a los 43 años, afectando el futuro del grupo.
En Chile, el ídolo indiscutible de la nueva ola fue José Alfredo Fuentes, el popular “pollo” Fuentes, quien se inició cantando folclor en su colegio. Antón Contreras, un alto ejecutivo de “Producciones Caracol”, al escucharlo cantar el tema de su propia inspiración “Te perdí” le propuso cantar en la radio, a través del cual se hizo conocido. En 1971 ocupa el tercer lugar en el Festival de la OTI (México) con el tema “Era solo un chiquillo”. En el año 2000 fue premiado con la Gaviota de Oro en el Festival de Viña del Mar.
Otra de las estrellas de la nueva ola chilena es Buddy Richard, seudónimo de Ricardo Roberto Toro Lavín (1943), quien pone lo suyo en ese exquisito puchero musical de los años sesenta interpretando / Tu cariño se me va / Si me vas a abandonar / Balada de la tristeza / Dulcemente / y / El viejo roble del jardín /.
Y si escuchan el nombre de Juan Antonio Espinoza, seguramente que no les recordará nada, pero si les digo su seudónimo: Antonio Prieto, seguramente se les vendrá a la memoria los momentos más románticos de vuestras vidas. Con mayor razón si lo escuchan cantar su mayor éxito discográfico “La novia”. Sin embargo este no fue el único tema exitoso de este talentoso intérprete nacido en Chile el 26 de mayo de 1927. Antonio Prieto es el cantante que grabó más de mil canciones, la mayoría boleros, entre los que destaca “El reloj”. Por su gran trayectoria artística la sociedad del Derecho de Autor de Chile lo honró considerándolo como “La figura fundamental de la música chilena”.
Ente los grupos chilenos destacan Los Galos, cuya historia está ligada a la vida de su gestor Lucho Muñóz, quien desde niño sorprende por su maravillosa voz. De adolescente conoce a Carlos Baeza y con él deciden formar la banda incorporando a Jorge Deij (Organo), Roberto Zúñiga (Batería), Nicolás Parra (Saxo) y Mario Danigo (Trompeta).
Desde su aparición Los Galos deslumbran en sus presentaciones por radio interpretando / Un minuto de tu amor / lloré / Como deseo ser tu amor/. Te esperaré en ese parque aquel / El y Yo / Perdona si me ves llorar / Entrega / Canción para una esposa triste / y / Qué esperas de mí.
Por esta misma época surgen también los Ángeles Negros, teniendo como puntal a Germaín de la Fuente, excepcional vocalista que se caracterizaba por su elevadísimo timbre de voz. La banda se formó en 1968 en San Carlos, un pueblito ubicado al sur de Chile, creando un sonido romántico, inspirado en los temas de los Beatles. Además de Germaín de la Fuente (Voz), el grupo estuvo integrado por Mario Gutiérrez (1ª Guitarra), Sergio Rojas (Bajo), Federico Blazer (Batería) y Cristian Blazer (Teclado). Entre sus éxitos más populares figuran / Cómo quisiera decirte / Y volveré / No sé que tengo, no sé / y / Murió la flor/.
En México, por su cercanía a los Estados Unidos la aparición de la nueva ola también fue una locura. En la década de los sesenta aparecieron más de 100 cantantes entre ellos Angélica María con más de 30 discos de larga duración, César Costa salido del grupo Los Camisas Negras y Daniela Romo, seudónimo de Teresita Premanes Corona, entre otros.
Pero sin duda el ídolo indiscutible fue Enrique Guzmán, seudónimo de Enrique Sergio Martell, nacido en Caracas−Venezuela, donde estuvo hasta la edad de los 12 años, hasta que sus padres, de nacionalidad mexicana, deciden retornar a su patria.
A los 14 años, mientras esquiaba en las montañas, conoce a los hermanos Jesús y Armando Martínez con quienes decide convocar a Rogelio Tenorio para formar una banda, a la que le pusieron el nombre de Los Teen Tops.
Enrique se inicia como bajista y se hace cantante por casualidad cuando tiene que reemplazar al vocalista del grupo Armando Martínez, quien tuvo que alejarse por razones de salud. Tanto gustó su estilo que tuvo que quedarse definitivamente como titular. Así empieza su vertiginosa carrera artística.
Con los Teen Tops se afirma la nueva ola en México. Sus actuaciones eran notables tanto en la radio como en la televisión interpretando exitosos temas como La Plaga / El rock de la cárcel / Lucila / Muchacho triste y solitario / Quiero ser libre / Presumida / Sigue llorando / entre otros.
En la cúspide de su popularidad, Enrique sorprende al mundo anunciando su matrimonio con la estrella cinematográfica Silvia Pinal, mucho mayor que ella, con quien tuvo dos hijos: Alejandra, controvertida cantante y Enrique (Jr.) un destacado músico. Con su actual esposa Rosalba Welters también tiene dos hijos.
Además de los Teen Tops destacan en México los Rebeldes del Rock, los Camisas Negras, los Hermanos Carrión, The Blue Caps y Los Crazy Boys.
Y como dicen en México, “de repente se vino Manzanero”. Efectivamente, el talentoso compositor Armando Manzanero, el pequeño gigante de la canción romántica, nacido el 7 de diciembre de 1935 en Yucatán, revoluciona el mundo artístico.
En 1967 graba su primer disco como cantante. Escribió más de 400 temas, muchos de estos grabados por Frank Sinatra, Elvis Presley, Tonny Bennett, Frank Pourcel, Ray Conniff, Marco Antonio Muñíz, Raphael y José José.
En Venezuela, el representante más destacado de la nueva ola fue José Luís Rodríguez “El Puma” de excelente voz y estilo romántico. Pertenecía a una familia de excelentes músicos y comunicadores sociales, y su primo René Sosa Rodríguez fue un gran locutor.
Igualmente logra resonantes éxitos grabando con el acompañamiento de Raúl Di Blasio el LP “Clave de Amor”. Entre sus mayores éxito figuran / Por tu Amor / Voy a perder la cabeza por tu amor / El último beso / Atrévete / Pavo real / y /Me va a echar de menos /.
Hay muchos exponentes más que, por razones de las limitaciones de espacio en Facebook, no se los ha mencionado y no fue con el afán de excluirlos.

Una respuesta to “Historia de la Nueva Ola”

  1. carlos rsmod sanchez Says:

    Excelente descripción del mundo musical y la inevitable relación la descripción del acontecer social correspondiente, felicitaciones.

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