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La tía Marina, todo un simbolo en la elaboración del tamal cusqueño.

26 octubre, 2013

Cuando estudiaba en la facultad de Derecho de la Universidad San Antonio Abad del Cusco, los alumnos salíamos a media mañana para tomar el portal Belén antes que lo invadan los cientos de empleados públicos y privados que trabajaban en los alrededores y se nos adelanten en la sagrada misión de degustar los tamales que hasta hoy se venden en este mismo lugar.

-¿Salados o dulces, caserito?

-Uno salado y otro dulce, pero rapidito porque la clase de las once está por empezar.

En cambio, los empleados pedían más de uno y de cada sabor, porque tenían más dinero y más capacidad estomacal que nosotros, por nuestra condición de estudiantes.

Lo que más nos sacaba pica era que algunas señoras se llevaran los tamales por docenas para enviarles a sus familiares de Lima y otras ciudades, antes que nosotros llegáramos, porque muchos de mis compañeros se quedaban con las ganas en la boca. La verdad es que no alcanzaba la producción diaria para cumplir con todos los clientes y encargos, sobre todo de los cusqueños residentes en la capital que se mueren de ganas por degustar este bocadillo.

Cuando empecé a trabajar en radio El Sur, de propiedad de Gilberto Muñíz Caparó, cuyos estudios estaban ubicados en la Av. Huayna Cápac, los locutores, operadores, periodistas y personal administrativo salíamos volando hasta la Av. De la Cultura para comprar los tamales hechos por la Sra. Marina Olivera de Willis, más conocida como la tía Marina quien, sin embargo de tener una gran clientela, siempre nos guardaba unas cuantas piezas de este manjar de los dioses, para satisfacer nuestro voraz apetito de las diez de la mañana.

Fue cuando recién aprecié la calidad humana de esta dama y supe que los mejores tamales salían de sus maravillosas manos. Desde aquella época me convertí en su cliente. Y cada vez que vuelvo a ciudad de los incas, hago lo mismo. Después del desayuno con mis entrañables amigos cusqueños, generalmente en el Ayllu, a media mañana me voy con ellos al local de la Sra. De Willis, esta vez ya no en la Av. De la Cultura, sino en la primera etapa de la urbanización Mariscal Gamarra, donde están no solo los deliciosos tamales, dulces y salados, sino sus exquisitos patitos de maíz, (maicillos) y cocadas. No soy el único que llega a esta bella ciudad y pasa por su local, para decir a su retorno que comió los mejores tamales del Cusco.

La señora Willis, recuerda con añoranza sus inicios en la Av. De la Cultura, frente al Colegio Clorinda Matto de Turner. “Apenas me casé mi esposo se fue a trabajar a la selva (Tunquimayo) para sacar oro y tener unos ahorros. Felizmente que salió con algo de dinero, gracias a Dios” nos dice emocionada.

“Y como siempre pensamos que mejor es ser cabeza de ratón que cola de león, pusimos el primer negocio, yo con los tamales y él se compró una combi VW para hacer movilidad escolar. Felizmente nos fue bien. Al principio enviaba los tamales a una cafetería que tenía Mario Muñíz en la Plaza San Francisco. Primero 20, después 50 y luego 100, y todo volaba. Hasta que nos animamos a poner nuestro propio local. Vendíamos tamales y jugos de papaya y tumbo, luego hicimos los patitos de maíz y las cocadas. Teníamos la ayuda de varios jovencitos que hoy ya son profesionales. Mejor no le digo sus nombres”. Nos advirtió, seguramente para no avergonzarlos.

-Mientras hablamos qué tal si nos comemos unos tamalitos? Me pregunta.

-A eso vine, por favor señora.

-Qué jugo prefiere? Yo le recomiendo de sauco o de papaya, este último es hecho con nuestra papaya serranita.

Y mientras lo preparaban, la mujer que dedicó gran parte de su vida a la elaboración de este manjar de los dioses me siguió contando que ahora los tamales los solicitan más de Lima. “Entre las que me piden está por ejemplo Carola Ayres. Últimamente, Cecilia Luglio, Administradora del Hotel Sheraton me ha pedido como trecientos tamales para una reunión de cusqueños”.

“De otras ciudades me piden o vienen. Le cuento que una vez vino Alan García, se sentó en el mismo lugar donde está usted. No se imagina con qué gustó se comió varios tamales. Aquí vienen Ministros de Estado y otros funcionarios. Una vez estuvo también la tía de Fujimori”

-Y, le pagaron? Le pregunté.

-Sí, me pagaron. Me respondió con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Sabe qué? Cuando vino Alan, llegó con un séquito de guardaespaldas y policías. Había varios patrulleros afuera y los vecinos pensaron que me habían asaltado.

-Bueno…felizmente que Alan le pagó, sino hubiera sido efectivamente un asalto.

La señora Willis, a sus años es una mujer de lucha que sigue trabajando. Quiere entrañablemente al Cusco y cuando le hacemos algunas preguntas, sin pelos en la lengua nos dice “Es criminal que camiones pesados pasen por Ollantaytambo y es una vergüenza que no se construya el aeropuerto de Chinchero. Lo que más me molesta es el desorden que hay en Cusco, especialmente en el tránsito. El otro día tuve que ir al médico en el centro y a pesar que salí con mucho tiempo de anticipación llegué con las justas y con los nervios en punta. Los taxis ya no quieren ir al centro. Entre Limac Pampa Grande y Chico hay unos atolladeros, santísima virgen…de los mil demonios. La gente ya no respeta a los ancianos, ni nos miran, parece que fuéramos invisibles”. Se queja.

Cuando le pregunté que si había recibido algún homenaje de la Municipalidad o de la región, me dijo que jamás.

-Dicen que los homenajes los solicitan. Yo jamás lo hice. Seguramente por eso” Me respondió. Y luego continuó:

-Mire, en nuestro Cusco ya no hay árboles, tampoco hay capulí ni durazno. Antes los vendían en abundancia, en puctus ¿Se acuerda?

No hay frutilla porque no hay sapos, ni ranas. Antes había cualquier cantidad de estos animalitos en Anta y los llevaban al valle para que se coman las plagas de la frutilla y dicen que como han fumigado toda la Pampa de Anta, los sapos han muerto.

-Qué nos puede decir del éxito de la quinua?

-La están promocionando en el extranjero y la han encarecido. La mejor calidad se la llevan afuera y nos dejan la peor. Se está politizando con la quinua.

Cuando le preguntamos qué haría se fuese alcaldesa del Cusco, nos respondió de inmediato. “Si yo fuese alcaldesa, me gustaría arreglar los mercados. El de Huánchac debería ser una joya. Las calles que fueron desalojadas de ambulantes, nuevamente han sido ocupadas por los contrabandistas”.

“Otra cosa, es una salvajada lo que han hecho con el puente de Urubamba, sigue con un puentecito ridículo, Bayley o no sé cómo lo llaman. En Urubamba me regocijaba viendo maizales, ahora hay casas y hoteles. Se está destruyendo la agricultura. Los hijos de Orihuela, los Lámbarry, De Bari, los North, parece que ya no están en el campo. Qué pena. Antes se cocinaba choclos y mote, ahora ya no hay, todo se lo llevan para la exportación.
La señora De Willis nos menciona, asimismo, que se siente orgullosa de haber estudiado en el Colegio María Auxiliadora. “Siempre voy a sus misas” Nos afirma como diciendo que vive muy agradecida para la patrona de su ex colegio.

-Bueno señora, se me acabó el tiempo, gracias por su sinceridad. ¿Cuánto le debo?
-¡Por favor! Si apenas se ha servido un poquito. A usted lo recordamos con cariño. Ojala vuelva siempre.

Ex alumnos del Colegio Miguel Grau de Abancay residentes en Lima rindieron homenaje al Héroe de Angamos

9 octubre, 2013

Miguel Grau Seminario, llamado “El caballero de los mares” por su impecable conducta y respeto a los derechos humanos en pleno fragor de la guerra con Chile, fue objeto de un merecido homenaje por los ex alumnos del Colegio Miguel Grau de Abancay, residentes en Lima.

La ceremonia tuvo lugar en las instalaciones del club Apurímac, donde el presidente de la institución Juan Olazábal dio la bienvenida a los asistentes y los felicitó por la iniciativa de rendir homenaje a tan ilustre personaje de nuestra historia y la vez les instó a unirse alrededor de su figura, ofreciéndoles, además, la casa de todos los apurimeños para que puedan utilizarla en sus reuniones.

Igualmente, hizo entrega de distintivos a los ex presidentes del Club Apurímac y miembros de la directiva transitoria de la Asociación de ex alumnos y pidió, a sugerencia de los ex presidentes, que la junta transitoria se quede por lo menos un año para cumplir con sus objetivos de reorganizar la institución y luego convocar a elecciones, pedido que fue aprobado con el aplauso unánime de los asistentes.

El discurso de orden estuvo a cargo del Secretario General de la Junta Transitoria de la Asociación César Bedoya, quien recordó y rindió homenaje a la primera junta directiva de la institución como pionera de estas celebraciones, la misma que estuvo presidida por Edgar Ramírez Canaval e integrada por Darcy Salas, Luis Tejada, Juan Morales, Javier Triveño, Rubén Gamarra, Herberth Castro, Hugo Viladegut, José Garay, Máximo Salazar, Guillermo Recharte, Victor Raúl Triveño, Juvenal Tello, Lucio Castro David Loza y Armando Fernández.

César Bedoya, en una parte de su intervención dijo que nos habíamos reunido por el imperativo moral de rendirle tributo a nuestro héroe, el Almirante Miguel Grau Seminario y a nuestro Glorioso Colegio en su 124 Aniversario de creación. “Estamos en este recinto, además, para reafirmar nuestros sentimientos de fraternidad, solidaridad y compañerismo y a la vez reencontrarnos con nuestra época de estudiantes”. Dijo, emocionado.

Un grupo de ex alumnas del Colegio Santa Rosa encabezadas por la vice presidenta Silvia Cárdenas Cornelio se hizo presente en el escenario para expresar su saludo a los ex alumnos del Grau, siendo muy aplaudida, por el gesto.

El marco musical, como no podía ser de otra manera, estuvo a cargo de un ex alumno de brillante carrera artística, el cantautor Pepe Garay, quien nos emocionó interpretando temas en homenaje al plantel donde estudiamos, y a la ciudad de Abancay. Estuvo acompañado por el grupo Raíces del Perú.

El brindis de honor lo hizo el presidente de la Junta Transitoria Mario Levy quien, igualmente, llamó a la unidad de todos los ex alumnos y prometió trabajar por el fortalecimiento de la institución. Luego, alzando su copa de pisco souer dijo ¡salud! Y todos al unísono le respondieron igualmente con otro ¡Salud!

En momento oportuno, Desiderio Cornelio pidió la palabra para decir que durante la educación secundaria en el Colegio Grau “lo primero que me enseñaron fue hacerme conocer quién era nuestro patrono: Miguel Grau Seminario, ejemplo de valores. Es importante recordar la figura de nuestro Gran Almirante, no solo como el héroe que a los 45 años de edad, en la plenitud de su vida, se inmoló a bordo del monitor Huáscar, dando muestras de un indiscutible heroísmo y dejando un legado de valor y sacrificio, sino también como un hombre de ejemplo para las nuevas generaciones, cuyo accionar deja un profundo mensaje de principios muy elevados”.

En efecto, fue un momento de emociones y sentimientos y un reencuentro con quienes pasamos por las viejas aulas del local ubicado todavía en la calle Arequipa de la Ciudad de Abancay y aquellos que continuaron en su nuevo local.

Daba gusto ver conocidos rostros de representantes de las más antiguas promociones como de las más recientes. Allí estaban Hugo Ramírez Canaval, el gringo Juan Fisher Ascarza, Gastón Fernández, Lucho Carpio, Toño Contreras, los hermanos Carlos, Lucho y Pepe Garay, Moico Castañeda acompañado de sus hermanas Dora y Esperanza, Mauro Chipana, Elías Desiderio Cornelio, los hermanos Víctor y Benigno Valdiglesias, Mario y Oscar Sullcahuamán, Enrique Trujillo, los hermanos Máchi, Raúl y Elio Salazar Castro, este último llegó de los EEUU especialmente para esta ceremonia y para estar presente en la celebración del 97 cumpleaños de su mamá la señora Rosario Castro Vda. De Salazar.

No faltaron, igualmente, Javier Triveño, Amilcar Velarde, Hugo Chauca, la ex profesora del plantel Hilda Triveño, Camilo Miranda, Paco Gutiérrez y familia, Sergui Raúl Miranda, hijo de Arturo, Luis Sierra Ballón, hijo de Bernanrdino, Joselo Valenza, Julio César Castañeda, hijo de Nilo, Anibal Guerrero, Wilber Delgado y, claro, todos los miembros de la Junta Transitoria de la Asociación de Ex alumnos del Colegio Miguel Grau en Lima encabezados por su presidente Mario Levy Navarro e integrada por Milvio Casaverde, César Bedoya, Norberto Loayza, Jorge Muñoz, Carlos garay, Alfredo Castañeda Jesús Miranda y Luis Castañeda Pinto.

En el pasadizo principal del local, Jesús Miranda presentó una exposición fotográfica de las distintas promociones que a muchos les hizo emocionar hasta las lágrimas porque no se esperaban verse plasmados en una muestra fotográfica de la bella época de estudiantes.

Pienso que la organización estuvo muy bien, igualmente el menú del almuerzo, muy abanquino y delicioso, el mismo que consistió en tamales de entrada y como plato de fondo los tradicionales tallarines con gallina, acompañados de rocoto relleno y ccapcchi de morayas. Bastó este contundente y suculento plato para que todos quedáramos satisfechos. Tampoco faltaron la marinera, el vino, el pisco y la magnífica presentación de comparsa «Bella Abanquina» dirigida por Germán Quispe Sullcahuamán, para ponerle ese toque abanquinísimo a una fecha tan importante.

Felicitaciones a los organizadores y esperamos que no desmayen en la tarea de reorganizar la Asociación de ex Alumnos.