Archive for septiembre 2020

DIA DE LAMADRE

6 septiembre, 2020

La celebración del Día de la Madre, no es de hoy, ni empezó aquel 12 de mayo de 1907 en que Anna Jarvis quiso conmemorar el fallecimiento de su madre en EEUU y organizó un Día de la Madre para hacerlo. Las primeras celebraciones en honor a nuestra progenitora se remontan todavía a la antigua Grecia, donde se le rendía honores a Rea, la madre de Zeus, Poseidón y Hades.

En Roma, la llamaron la Fiesta de Hilaria y se festejaba el 15 de marzo en el templo de Cibeles, donde durante tres días se realizaban ofrendas a la mujer convertida en madre.

Con el paso de los años, los católicos transformaron estas celebraciones para honrar a la Virgen María, la madre de Jesús. En el santoral católico, el 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción (La virgen madre) fecha que, en un principio, los católicos escogieron para celebrar el Día de la Madre. Luego, a mediados del siglo pasado, tuvieron que adecuarse a la fecha adoptada por muchas naciones.

En el Siglo XVII en Inglaterra se empezó a celebrar un acontecimiento parecido, relacionado con la Virgen, al que se llamó Domingo de las Madres. Los niños que concurrían a misa regresaban a sus hogares con regalos para sus madres. Y las madres que trabajaban como empleadas en las casas de la gente acaudalada, ese domingo, tenían el día libre para visitar a sus familias.

En 1870, la poetisa y activista norteamericana Julia Ward Howe escribió su famosa “Proclama del Día de la Madre”, donde hace un apasionado llamado a la paz y al desarme, y durante dos años se dedicó a organizar un congreso de madres. En 1873, mujeres de 18 ciudades estadounidenses realizaron una reunión donde se celebró el Día de la Madre.

No obstante de estas celebraciones, el hecho más importante ocurrió el 12 de mayo de 1907, también en los Estados Unidos, cuando Ana Jarvis, dos años después de la muerte de su madre, se propuso conmemorar el fallecimiento y organizó un Día dedicado a la Madre.

A partir de entonces encabezó una activa campaña que fue extendiéndose a todo el territorio norteamericano. Siete años después el presidente Woodrow Wilson declaró en el año 1914 el segundo domingo de mayo como el Día de la Madre y, como pocos lo saben, esta fecha empezó a celebrarse casi simultáneamente en Perú por influencia de un grupo de damas estadounidenses en nuestro país.

Primero fue en un núcleo muy pequeño vinculado a peruanas que retornaban de EEUU en esta fecha y damas norteamericanas residentes en Perú, celebración que luego se fue extendiendo a otros círculos.

En 1924, a solicitud del Ateneo Universitario “Ariel” y promovido por su presidente Carlos Arberto Izaguirre, abogado laboralista ancashino y congresista de la República, el Ministerio de Justicia, Instrucción, Culto y Beneficencia declara de manera oficial el segundo domingo de mayo como el Día de la Madre y se empieza celebrar en todos los planteles educativos y entidades públicas.

El asunto es que, este segundo domingo de mayo celebraremos una vez más el Día de la Madre.

Dichoso el hijo que tiene a su madre a su lado y podrá darle un beso y abrazarla. La mía ya no está, pero la recordaré como todos los días y le rendiré un homenaje en mi corazón por ser mujer que me dio la vida y porque encontré en ella siempre el calor de su regazo y las caricias de sus manos.

Pensaré en mis días de adolescente, quizás los más felices de mi vida y, seguramente para ella, los días de mayor preocupación porque tenía que mantenerse despierta esperándome hasta la hora de mi retorno de una fiesta o de una simple reunión de amigos.

La recordaré regañándome por la tarea no terminada del colegio por no bajar la llave de la terma, dormirme con la tele o el radio encendidos. La recordaré, llamándome la atención por mi ropa tirada en el piso, la cama desordenada y mis zapatos sin lustrar.

Jamás la olvidaré porque la mía, como todas las madres del mundo, siempre estuvo presente en todos los momentos de mi vida, hasta el día de su muerte. ¡Cuánta ternura anidaba su corazón, cuánta bondad irradiaban sus manos, cuánta sabiduría salían de sus labios!

Al final, todas parecen iguales, siempre dándonos el aliento que los hijos necesitamos en nuestras horas aciagas y el consejo oportuno en nuestros momentos de incertidumbre.

Dicen que madre hay una sola, sin embargo, quienes tenemos la dicha de vivir al lado de otra mujer, a la que la elegimos como esposa y compañera y la hemos convertido en madre, igualmente es merecedora de todo nuestro amor y reconocimiento.

Y al estar unidos a la mujer que amamos y la convertimos en madre de nuestros hijos, hemos ganado otra madre, la madre de la mujer que amamos y abuela de nuestros hijos. Es también a ella a quien debemos rendirle un homenaje y agradecerle por haber traído al mundo a la mujer que amamos.

¿Se han preguntado alguna vez qué sería del mundo sin la presencia de la abuela? Ellas simbolizan el amor y vez la experiencia. Son el apoyo más importante en la crianza de nuestros hijos, la consejera de la familia, la médico infalible del hogar y la mejor chef del mundo porque una abuela jamás pierde la sazón, ni la razón.

En el mundo católico, hay otra madre: María, la madre de Dios, cuyas celebraciones, coincidentemente, se realizan también en mayo. María, es la mujer que sufrió el más cruento dolor viendo morir crucificado a su único hijo, luego de haber sido torturado, vejado y humillado, porque no hay un dolor más grande para una madre que ver morir a su hijo. María, es la madre de todos los creyentes en Dios, la que vela nuestros sueños, la protectora de los pobres, la dolorosa, la inmaculada, la auxiliadora de los moribundos, la receptora de nuestras súplicas, consuelo de nuestras angustias y socorro de nuestros sufrimientos.

En esta fecha especial, al recordar a mi madre, quiero rendir homenaje a todas las madres del país y el mundo. A la madre soltera y abandonada que batalla sola por sacar adelante a sus hijos. A la madre que no tiene un trabajo estable. A la mujer de nuestros andes que sin tener un centavo en el bolsillo hace siempre el milagro de llevar un pan a la boca de los suyos. A la madre que tiene al hijo ausente, no sé si en otra ciudad, en otro país o, lo que es peor, en algún campo de batalla o bajo tierra. A la madre que cumple una condena por un delito cometido, quizá por llevarle un pan a su hijo.

Mi saludo a la madre trabajadora y a la que busca trabajo y no lo encuentra. A la madre que espera la visita del hijo en un asilo o en una casa de reposo y no llega. A la viuda que estrecha a sus hijos mirando la fotografía del marido ausente. A la madre adoptiva que abraza al hijo ajeno con la misma ternura como si fuera suyo. A la madre soltera que no espera un regalo sino un abrazo. A la madre discapacitada que sin embargo de sus limitaciones y sufrimientos sigue luchando por el bienestar de sus hijos. A la madre que prefiere que los hijos le llenen el corazón de amor y no los bolsillos de dinero. A la madre convertida en reina por un día y es abandonada por el resto del año. Mi homenaje a la mujer que se siente sola por la muerte de su único hijo.

Mi saludo a todas las madres del Perú y el Mundo.

COLEGIO SANTA ROSA DE ABANCAY

6 septiembre, 2020

El Colegio de mujeres Santa Rosa de Abancay tiene tanto significado para la Región Apurímac como el Colegio de varones Miguel Grau porque, ambos planteles, están vinculados a la historia misma de esta hermosa tierra enclavada en el corazón de los andes.
Y muchos de los hombres y mujeres que escribieron la historia de Apurímac estudiaron en las aulas de estas dos prestigiosas instituciones educativas.
Por eso, cada año, ambos planteles se esmeran en homenajear a sus figuras emblemáticas, la santa peruana Rosa de Santa María y el héroe de Angamos y Caballero de los Mares Miguel Grau Seminario.
Precisamente hoy, 30 de agosto el Colegio Santa Rosa de Abancay está de fiesta y como siempre se ha elaborado un programa especial que incluye una Solemne Misa, desfile de alumnas y delegaciones de exalumnas que llegaron de las distintas ciudades del país e incluso del extranjero. En la tarde tendrán un almuerzo de confraternidad. Como siempre, esta celebración será a lo grande.
En Lima, las exalumnas agrupadas en la asociación que lleva el nombre de su alma mater, tienen un programa especial de celebraciones.
El Colegio santa Rosa fue fundado el 22 de julio de 1938 por un grupo de religiosas dominicas de Santa María Magdalena de Speyer Alemania, por gestión del Obispo Monseñor Salvador Herrera.
Entre las primeras forjadoras que hizo realidad este sueño, se encuentran las Madres Ambrosia, Reinhildis, Teresa, Reginalda, Albertina, Asunta, Waldebur, Bonifacia, Gertrudis, Albertina, Ágata, Dionisia, Prisca, Amábilis. Entre otras. Cabe destacar que dos religiosas abanquinas llegaron a ser Directoras del Plantel, La Madre Tarcisia Trujillo y la Madre Delia Tello.
A lo largo de los años, al lado de las dominicas trabajó un numeroso grupo de docentes seglares, entre ellas Olga Abuhadba, Anicia Batallanos (Educación Física) y Martha Chariarse, esta última promotora del arte y el teatro, junto con la Madre Albertina, y la Madre Asunta, directora del Coro.
Sus exalumnas recuerdan que Sor Asunta fue muy aplaudida la vez que llegó el Nuncio Apostólico, por la presentación del coro a cuatro voces que organizó y dirigió, interpretando el Ave María, de Hendel. Se dice que el representante del Papa en Perú, fue gratamente sorprendido porque no imaginó que un plantel de una ciudad del interior del país tuviera un coro de esa calidad.
Cuando el colegio funcionaba en la Calle Lima, al frente del local estaba el convento y en el segundo piso se hallaban los dormitorios de las internas, a quienes los jóvenes de entonces acostumbrábamos darles serenatas, siempre cuidando que no escuchen los policías que estaban en la comisaría ubicada frente al palacio municipal.
En mi tiempo de estudiante del Colegio Miguel Grau, mis amigos y yo no faltábamos a ninguna de las veladas y kermeses que se organizaban en el Santa Rosa. Esta era una fiesta aparte. Para impresionar a las chicas, nos acicalábamos, escogíamos la mejor camisa o el mejor polo y nuestro infaltable jean.
Recuerdo los afanes para ver pasar a las chicas luciendo sus uniformes color azul por los alrededores de plaza de Armas y en los portales de la Municipalidad. Muchos de nosotros, los domingos íbamos a misa solo por ver a las santarrosinas y creo que hasta algunas veces comulgamos sin haber visitado el confesionario, solo porque nos vieran las chicas y vean qe éramos un dechado de santidad, cuando en realidad éramos candidatos al averno.
Recuerdo nuestros afanes por acompañarlas para recoger flores en el campo, para estas celebraciones, sin embargo que en la quinta de mis abuelos podía conseguirles todas las flores que quisieran, pero el placer era salir a los alrededores y luego ayudarlas formar las alfombras para el paso de la procesión.
Muchas de las exalumnas con quienes conversé, no olvidan sus paseos en grupo, clase por clase, a La Granja, a la hacienda Illanya y al puente Pachachaca. Sus excursiones de promoción al Cusco, Andahuaylas y Arequipa, las temporadas de exámenes, llenas de nervios, porque se sabía de qué fecha a qué fecha se tomarían, pero no el día que le tocaba al curso. Recuerdan, asimismo, sus afanes para la elaboración de sus herbarios y sus entrenamientos para los campeonatos de vóley y básket.
Las internas tenían que escuchar misa todos los días junto con las religiosas en la capilla y los domingos en la Iglesia, seguramente para librarlas de las tentaciones del diablo.
Recuerdo algunos nombres de alumnas del Santa Rosa que hoy son destacadas profesionales y empresarias y a la vez son abnegadas madres y abuelas que supieron formar excelentes hogares seguramente por haber estudiado en un plantel que siempre se preocupó por la formación espiritual y moral de sus alumnas, las hermanas Julia, Hilda, Rosa y Alcira Triveño, Josefina y Rita Segovia, Ruth Carrasco, Delia Medina, Gladys Tafur, Olga Gutiérrez, Nancy Hurtado, Nilda y Olga Velarde, María Julia Letona, Elvira, Marcia, Sonia y Yony Valer, Gloria Gonzáles, Ruth Carrasco, Olga Gutiérrez, Gladys Muñóz, Chacha Valer, Las Hermanas Tello, Sonia Montoya, mi hermana Luz marina Castro, Celina y Rosa Rivero, Chabuca Díaz, Gudrun y Guisela Baumann, Dina tello, Carmen Julia Saldívar, Nilda y Nancy Paliza, las hermanas Vega Centeno, las hermanas Velarde, Valy y Mabel Acosta, América y Olga Zambrano, Heddy Ramírez, Pola Romaní, las hermanas Canaval, Esperanza Castañeda, las hermanas Vallenas, Gladys Ocampo, Vilma Sotomayor, las hermanas Margarita, Gloria, Elvira y Teresa Valenza Araoz,Angélica y Carmen Herrera, Mariela, Esperanza y Nancy Tafur, Nilda, Frida y Miryam Ramírez, las hermanas Ninapaytán, Gladys Alvarado, las hermanas Vera y tantas otras destacadas alumnas que prestigian al plantel.
Mis saludos para la directora, las religiosas, personal docente, alumnas, exaalumnas y padres de familia por este día tan especial.
NOTA: Soy consciente que hay muchas omisiones en la lista de nombres que aparecen en esta nota. Seguramente son miles, porque han egresado muchas promociones desde la fundación del plantel, Si recuerdan de algunos más me gustaría que los mencionen en vuestros comentarios y me ayuden a completar esta nota. Gracias.

EN EL DÍA DEL PADRE

6 septiembre, 2020

Me alegra escribir esta nota en mi condición de padre y abuelo a la vez porque ambas experiencias me facilitan comprender mejor las cosas, además de la ingrata experiencia de haber sufrido la pérdida de mi padre, muy joven, a la edad de 33 años y cuando yo apenas tenía seis, lo que obligó a mi a mi madre en asumir la responsabilidad de conducir a la familia. Por eso en mi casa el tercer domingo de junio no fue precisamente un día de fiesta hasta que fui padre.

El Día del Padre, al igual que el Día de la Madre, empezó a celebrarse también en los Estados Unidos. Fue un 19 de junio de 1909 cuando Sonora Smart Dodd quiso homenajear a su padre Henry Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil que se había convertido en viudo al morir su esposa, la madre de Sonora, en el parto de su sexto hijo.

Fue en Washington donde Henry Jackson se hizo cargo de la educación de sus seis niños. Sonora fue testigo que su padre era un ejemplo a seguir y propuso como fecha dedicada a todos los padres, el día del nacimiento de su progenitor, el 19 de junio.

La idea de instituir el Día del Padre fue acogida con entusiasmo por muchas personas en diversos condados y ciudades. En 1924 el presidente Calvin Coolidge apoyó la idea y convirtió el Día del Padre en una celebración nacional.

Finalmente en 1966, el Presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación presidencial que declaraba el tercer domingo de junio como Día del Padre en Estados Unidos. La mayoría de países del Continente Americano se sumaron también a dicho festejo.

La idea de celebrar en Perú el Día del Padre, llegó de la mano de Nilo Marchand quien, a su retorno de Miami, EEUU, en 1944, a donde viajó enviado por el gerente de la tienda donde laboraba, la trajo para participar en una subasta de corbatas.

“Traje todo lo que pude gastando lo menos posible. Durante ese viaje me enteré de que en Estados Unidos celebraban el Día del Padre desde 1910. Quienes tenían al padre vivo compraban corbatas azules con bolitas blancas y los que tenían al padre fallecido compraban corbatas rojas con bolitas blancas”. Señalaba en una entrevista del diario El Comercio.

Fue cuando se preguntó ¿por qué no hacer eso mismo en Lima?

Al principio, los gerentes de la tienda no aceptaron la idea. Y cuando finalmente lo hicieron, colocó un aviso en el diario La Crónica y habló con Alex Oeschle para que se exhibieran las corbatas en las vitrinas para celebrar el Día del Padre, pero no se vendió nada y el gerente se enojó.

Seis meses después la misma idea se lo planteó al gerente de Sears y la aceptó. Al año siguiente, en 1945, se publicó el anuncio y pegó. Desde aquella fecha empezó a celebrarse en nuestro país el día dedicado a los padres.

No obstante que la idea en nuestro país se implantó con un motivo publicitario, no veamos esta fecha como un pretexto comercial para aumentar las ventas en los centros comerciales, sino como un día dedicado a ese ser que nos dio la vida, al hombre que formó nuestros sueños y guió nuestros pasos.

Claro, muchos hijos llegan a apreciar el valor de la presencia del padre solo cuando llegan a ser padres. Es cuando recién valoran la importancia de su presencia y se sienten orgullosos y felices de tenerlos vivos.

Para los niños, el padre es un héroe, su guía, su protector y por eso lo tienen siempre presente. Para los adolescentes, su admiración es muchas veces silenciosa porque a los chicos les cuesta decir “te amo”, Te quiero”, “Te admiro”, aunque se mueran de ganas de hacerlo.

En mi condición de padre y abuelo, es difícil hacer una autocrítica. Seguramente que he cometido muchos errores con mis hijos, porque nadie es perfecto, pero estoy seguro que fueron menos graves que el inmenso cariño que les tengo, al igual que a mis nietos. Y de mi padre, solo tengo el recuerdo de haber disfrutado de su compañía en mi niñez, antes de su fallecimiento, pero ese poco tiempo sirvió para que me moldee. Quizás no soy como él hubiera querido que sea, pero viviré eternamente agradecido por el inmenso amor que me brindó y por todo lo que me enseñó.

En esta fecha especial, mi deseo es que, quienes tienen a sus padres vivos, disfruten al máximo de su presencia porque después estarán solo en el recuerdo.

Esta es una buena ocasión para decirle gracias por habernos dado la vida y permitirnos ser como nosotros somos queremos ser. Gracias por hacernos notar nuestros errores, por ayudarnos cuando más lo necesitamos, por sus consejos, por extendernos sus manos y abrirnos su corazón sin decirnos una sola palabra.

Debemos verlos como cuando fuimos niños, grandes. Y si ya somos padres debemos verlos mucho más grandes, porque nunca dejarán de ser nuestros aliados

No debemos pues ver al padre como un ser extraño o un extraterrestre, sino como un hombre que tiene un inmenso corazón y sabe señalar el horizonte y educar a sus hijos con el ejemplo.

El padre, es un ser especial que sabe combinar la rectitud y el perdón, el amor y la fuerza de la razón. Es aquel que parece duro por fuera, pero es tierno y dulce en su interior. Es el hombre que después de una dura jornada de trabajo, al llegar a casa, todavía tiene fuerzas para abrazar a sus hijos y convertirse en un niño para jugar con ellos. Es el amigo, el confidente, a quien jamás debemos tenerle temor.

Por eso, en su día, le rendimos nuestro más grande homenaje porque es el faro que ilumina nuestro camino, vivo o fallecido, el que no mira solo nuestros errores sino nuestro futuro.

Gracias padre por ser mi primer amigo y mi gran maestro.

¡Feliz día del padre!

DIA DELMAESTRO

6 septiembre, 2020

Hoy, 6 de julio, se celebra el Día del Maestro en homenaje a la fundación de la primera Escuela Normal de Varones, por disposición del libertador José de San Martín, un año después de nuestra independencia, como una muestra de la gran preocupación del gobierno que se iniciaba por la formación docente.

La resolución fue firmada por el marqués Torre Tagle, el 6 de julio de 1822, siendo el escocés Diego Thomson su primer director y el encargado de desarrollar el sistema educativo en la naciente República.

Recién en 4 de mayo de 1953, el presidente Manuel A. Odría oficializa la fecha, como el Día del Maestro.

Esta fecha es oportuna para rendir un merecido homenaje y agradecer a quienes, a lo largo de nuestra vida de estudiantes, nos formaron. Gracias a ellos y a la educación que recibimos  en nuestros hogares somos los que somos.

Claro, no todo es responsabilidad de nuestros padres y maestros sino, sobre todo, de nosotros mismos, y si no somos lo que hubiéramos querido ser, es por no haber aprovechado sus enseñanzas y no haber escuchado el consejo de nuestros padres.

En este día especial, el maestro es quien merece tener la estrella en la frente y nosotros el deber moral de reconocer su labor en nuestra formación intelectual. Decirle gracias por inculcarnos valores y  proteger permanentemente nuestra identidad de peruanos. Gracias por ser la luz que iluminó nuestro camino, gracias por su paciencia y dedicación.

Educar es una hermosa tarea, como la del artista que pinta un hermoso cuadro. Que se alegra con el éxito de obra y se frustra cuando no le sale a la perfección o, lo que es peor, cuando a pesar de sus sacrificios y desvelos para plasmar en el lienzo todo lo que anhela, no logra culminar su obra.

Mi admiración para aquellos maestros que se preocupan más por los que menos saben, por el maestro bilingüe que se desvela por enseñar en la lengua nativa de su alumno y a la vez tiene que enseñarle una nueva lengua con la cual abrirá el camino para un futuro mejor.

Mi saludo a esos abnegados docentes que, sin recibir la recompensa que se merecen, batallan día a día en la formación de sus alumnos. No es mejor maestro el que más sabe sino el que mejor enseña, el que brinda generosamente sus conocimientos, pero también el que abre su corazón para brindar afecto, el que se multiplica para enseñar y convertirse en padre o madre, en autoridad, en médico y consejero espiritual.

Mi homenaje a esos valerosos forjadores de hombres, casi siempre olvidados por los sucesivos gobiernos, pero recordados por siempre quienes hemos recibido sus enseñanzas

Feliz Día del Maestro.