La misma gente que se benefició del gobierno fujimontesinista, la misma prensa y las mismas encuestadoras que recibieron plata de la mafia que todo lo “arreglaba” con dinero, están desesperadas y no tienen escrúpulos de utilizar todos los métodos antidemocráticos para demoler a Ollanta Humala.
A esta guerra se ha unido hasta el Cardenal Juan Cipriani y utiliza los templos para hacer política. La casa de Dios ahora también sirve para leer comunicados, bajo el pretexto de defender a su jefe máximo de las verdades que le dijo Mario Vargas Llosa, en una reciente entrevista. ¿Y quién es ese jefe máximo? Cipriani, el mismo que dijo que los derechos humanos eran una cojudez, el mismo que apoyó a Fujimori, el mandatario más corrupto de la historia del Perú, el mismo que se hizo de la vista gorda con la política de esterilizaciones masivas del fujimorato. Y ahora, faltando apenas unas horas para las elecciones, desesperado saca un comunicado para aclarar sobre estas esterilizaciones forzadas con la intención de «limpiar» a Keiko, su candidata predilecta. Que Dios nos libre de este tipo de intervenciones eclesiásticas.
No cabe duda que hasta La iglesia se ha convertido en un espacio donde se ha desatado una “guerra santa” contra Humala, donde no solamente se leen comunicados sino que, de manera subliminal, se hace propaganda en las misas pidiendo “por la salud de Alberto Fujimori” tal como sucedió en la iglesia ubicada e la Av. De la Paz de La Molina. No sabemos si fue un aviso pagado por algún familiar o simpatizante del recluso o de mutuo propio pero el asunto es que, en la relación de personas para quienes se ofreció la misa, estaba el nombre dse Fujimori, para quien se pidió por su salud, en plena campaña electoral.
El presidente de la República, Alan García hace lo propio, aprovecha las inauguraciones de las obras estatales, hechas con dinero de todos los peruanos, para lanzar sus críticas contra Humala, de manera soslayada y cachacienta, con el pretexto de defender el crecimiento económico del que nadie está en desacuerdo. Sonríe socarronamente ante cámaras porque sabe que está en marcha su plan «para impedir que salga el candidato que no es de su simpatía», tal como lo declaró en una reunión con los empresarios.
Igualmente, todas las televisoras, que son parte de los grandes grupos de poder, se han unido para masacrar a Humala y echarle flores a Fujimori. Ponen en tela de juicio su credibilidad al utilizar las frecuencias, otorgadas por el estado, con irresponsabilidad y falta de objetividad, olvidando que esas señales, tanto de radio como las de televisión, no son de su propiedad, ni siquiera son del estado, sino de la nación en su conjunto, es decir de todos los peruanos. No tienen escrúpulos al exagerar, calumniar y mentir en contra de Humala. Y, contrariamente, lanzan loas en favor de la candidata Fujimorista. No han tenido reparos de contratar a sicarios del periodismo para «disparar a matar» contra el candidato de Gana Perú y despedir a aquellos hombres de prensa honestos que no se alineaban con sus propósitos antidemocráticos. Tampoco han escatimado dinero para enviar reporteros al extranjero y entrevistar al vidente Renato Dos Santos, un embaucador profesional que asegura que Keiko será la próxima presidente. El farsante tuvo la concha de exhibir frente a cámaras la foto de la candidata de Fuerza 2011. Después de las elecciones me gustaría verles la cara a los fascinerosos que lo contrataron y a este sátrapa que se burló de todos ellos.
Como ya lo dije, no se tiene escrúpulos. Se paga a testigos ladrones de computadoras, que aparecen como por arte de magia, para entrevistarlos y hacerles decir estupidez y media contra del candidato de Gana Perú. Se invita a los paneles périodísticos a miembros de Gana Perú con mediana preparación para ponerlos frente a frente con los más capacitados de Fuerza 2011 para que los primeros queden como una zapatilla. Se da cabida a todo aquel que tiene una crítica ácida contra el humalismo, del mismo modo al que elogia al fujimorismo.Todo esto constituye pues un atentado contra la democracia y una forma de fraude electoral.
Jaime Bayly que tuvo el apoyo de Mario Vargas Llosa para publicar sus obras, ahora despotrica contra él por unos dólares más que le pone la ultraderecha en sus bolsillos a través de la publicidad. Es la misma gente que pagó a las esposas de las víctimas del andahuaylazo para que declaren contra Humala. Igualmente, las encuestas que se hacen a los televidentes en las calles son editadas y escogidas. En una descarada manipulación de la información los locutores solo leen los facebooks que favorecen a la candidata del fujimorismo y solo uno que otro mensaje de su opositor, para disimular la farsa.
En esta campaña sucia, la radio también se ha desnudado y hace lo suyo. Su imagen está por los suelos, ha perdido credibilidad, ya nadie cree en lo que dicen sus conductores, especialmente los directores de programas políticos porque están alineados con la causa Fujimorista. Claro, cómo no van a estar alineados si muchos de los broadcasters, es decir sus empleadores, estuvieron en la salita del SIN, a donde iban para recibir puntualmente torres de billetes verdes.
Los diarios que pertenecen a un mismo grupo empresarial, igualmente, se están dedicando a hacer una campaña de miedo, destacando en sus primeras planas todo lo malo de Humala y solo lo bueno de la candidata fujimorista. Ultimamente se viene repitiendo las declaraciones de la candidata de Fuerza 2011 donde muy suelta de huesos y de manera descarada dijo que nada la vincula con el pasado de su padre. Cuando la verdad es todo lo contrario. Se hace de la vista gorda cuando los periodistas le preguntan sobre los temas de derechos humanos y de corrupción. En cambio dice sentirse orgullosa de ser hija de Alberto Fujimori, cuando en los mítines habla de algunas de sus obras y les pide a los manifestantes que griten fuerte «para que se oiga hasta la Diroes».
Es pues lamentable que los diarios estén en la misma línea de un Rafael Rey que dice «A mí no me consta que Montesinos sea un asesino». En el colmo de esta campaña sucia se ha llegado al extremo que el diario El Comercio, el más importante del país, publique de manera destacada solo aquellos Wikileaks que perjudican la candidatra de Humala.
En esta linea de desinformación, las encuestadoras también desempeñan su propio papel, jugando en pared con los medios de comunicación y los grupos de poder económico, haciendo preguntas sesgadas, tendenciosas y dirigidas. Sus resultados, muy cuestionados por cierto, son presentados de tal manera que solo tienen el propósito de favorecer a «la candidata de los ricos» como ya la bautizaron a Keiko, porque saben que algunos intonsos siempre «votan a ganador». Eso es también una forma de manipulación.
Si como dicen las encuestadoras y los medios lo resaltan en sus primeras planas que Keiko Fujimori ya tiene una diferencia de entre 3 y 6 por ciento a su favor ¿por qué entonces tanta preocupación? ¿Por qué tanta desesperación? ¿Por qué tanto salto si el suelo está parejo?
Si los auspiciadores del fujimorismo dicen que Keiko sigue liderando la intención de voto por varios puntos y están seguros del triunfo por qué siguen haciendo esta guerra sucia contra Humala cuando lo lógico es que ya deberían estar comprando champán francés para celebrarlo. ¿O es que no están seguros y todo lo que publican es una farsa?
Para mí, lo único cierto es que la ciudadanía dirá su verdad en las ánforas este 5 de junio y estoy seguro que las cosas no serán tan fáciles como las pintan los medios de comunicación. Al final de ese día recién diré si el pueblo es sabio o se dejó manipular por la prensa.