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En honor de la Mujer

13 marzo, 2016

Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, como reconocimiento a su lucha por una sociedad en igualdad de condiciones con el hombre y en su desarrollo como persona.

La primera celebración tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y su conmemoración se ha venido extendiendo, desde entonces, a numerosos países, entre ellos el nuestro.

En 1975 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer y en 1977 lo proclamó como “Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional”.

Si nos remontamos a la historia, escrita generalmente por hombres, por lo que pudo ser de alguna manera algo sesgada, por el machismo imperante en esa época, destaca, no obstante, la obra de teatro “Lisístrata”, de Aristófanes, escrita en el Siglo V Antes de Cristo, situada en la antigua Grecia. Allí se encuentra un referente de la lucha de la mujer. La protagonista, Lisístrata, realiza una huelga sexual contra los hombres para forzar que estos pongan fin a la guerra.

En aquellos tiempos, la figura de la matemática y astrónoma Hipatia de Alejandría, asesinada brutalmente, es considerada como paradigma de la mujer científica y libre.

Sin embargo, fue durante la Revolución francesa en que  la mujer tomó conciencia de su situación social por primera vez y de manera colectiva, marchando hacia Versalles, junto a los hombres.

Las mujeres parisinas reclamaron la igualdad social bajo el lema «libertad, igualdad y fraternidad». También tomaron conciencia de que la lucha de clases no contemplaba la lucha de género.

Pero fue durante la Revolución francesa que se produjeron las primeras peticiones formales de derechos políticos y ciudadanía para la mujer. Así lo refleja la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, un texto redactado en 1791 por Olympe de Gouges que copiaba en buena medida la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789, texto fundamental de la revolución francesa.

Este es uno de los primeros documentos históricos que propone la emancipación femenina en el sentido de la igualdad de derechos o la equiparación jurídica y legal de las mujeres en relación a los varones así como el sufragio femenino.

Es a mediados del siglo XIX cuando los movimientos reivindicativos de la mujer toman fuerza, se lucha por el sufragio femenino, la reivindicación de la igualdad, la denuncia de la opresión social, familiar y laboral. Surgieron entonces los denominados movimientos sufragistas, inicialmente de origen burgués, con figuras como Flora Tristán.

Los primeros grupos feministas encuentran en el libro de Friedrich Engels, su mejor aliado, publicado en 1884, «El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado» y es cuando surgen dentro de los movimientos anarquistas que reivindicaban la procreación consciente del proletariado, la separación entre sexualidad y reproducción, la defensa de la maternidad libre, la liberación femenina, la libertad sexual, la promoción de la planificación familiar, el cuidado de los niños así como el uso y difusión de métodos anticonceptivos artificiales.

Fue el 28 de febrero de 1909 cuando se celebró por primera vez en Nueva York, Estados Unidos, el Día Nacional de la Mujer organizado por las Mujeres Socialistas tras una declaración del Partido Socialista de los Estados Unidos en honor a la huelga de las trabajadoras textiles de 1908 en la que protestaron por las penosas condiciones de trabajo en Chicago y Nueva York.

Unas 15.000 mujeres marcharon por la ciudad de Nueva York exigiendo la reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho al voto.

En noviembre de 1909 en Nueva York comenzó la huelga de las camiseras, también conocido como el Levantamiento de las 20.000. La huelga fue dirigida por Clara Lemlich y apoyada por la Liga Nacional de Sindicatos de Mujeres Estados Unidos.

En 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se reiteró la demanda de sufragio universal para todas las mujeres y, a propuesta de Clara Zetkin, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

La propuesta de Zetkin fue respaldada unánimemente por la conferencia a la que asistían más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. El objetivo era promover la igualdad de derechos, incluyendo el sufragio para las mujeres.

Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año anterior, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

El incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York, el 25 de marzo de 1911 donde murieron 146 mujeres y 71 resultaron heridas, hizo que se modificara la legislación laboral en Estados Unidos.

En 1913, en el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres de Rusia celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de dicho año. En 1914 en Alemania, Suecia y Rusia se conmemora por primera vez, de manera oficial, el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo para protestar por la guerra y para solidarizarse con las demás mujeres.

Estando aún en la Primera Guerra Mundial, en la que ya habían muerto 2 millones de soldados rusos, se produjo la Revolución de Febrero, que marcó la primera etapa de la Revolución rusa de 1917. Es el inicio de una hambruna que provocó revueltas en la capital Petrogrado, actual San Petersburgo.

Después de la revolución de octubre, la feminista Alexandra Kollontai consiguió que el 8 de marzo se considerase fiesta oficial en la Unión Soviética, aunque laborable. El 8 de mayo de 1965 por decreto del Sóviet Supremo de la Unión Soviética se declaró no laborable el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

En China se celebra desde 1922 y en España se celebró por primera vez en 1936.

En 1975 la ONU comenzó a celebrar el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. En diciembre de 1977, dos años más tarde, la Asamblea General de la ONU proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Esta adhesión de la ONU llevó a varios países a oficializar este día dentro de sus calendarios: Chile en 1977.

En Perú, desde que en 1957 se dio el voto a la mujer, en el gobierno de Manuel A. Odría, la mujer peruana fue conquistando poco a poco los mismos derechos que tiene el hombre, que han sido incluidos en la Constitución Política del estado, aunque todavía hay algunos vacíos, pero estos son muy pocos, sobre todo por el tipo de actividad laboral que por una razón de discriminación.

La contribución de la mujer peruana en el desarrollo de nuestro país fue y es sumamente valiosa, que los varones reconocemos.

Hay ejemplos valiosos de mujeres peruanas célebres que destacaron en todos los campos, entre ellas la heroína Micaela Bastidas, la patrona de América Santa Rosa de Lima, María Parado de Bellido, Rosa Merino y Clorinda Matto de Turner, por dar algunos nombres.

Más recientemente Chabuca Granda, María Rostworowski, o Blanca Varela, la primera piloto civil Carmela Combe, la voluntaria de la lucha contra el cáncer Isabel Ferreyros de Miró Quesada y la fundadora del Centro Ann Sullivan del Perú, Liliana Mayo, en fin,, decenas de nombres que podríamos dar.

Si antes era una rareza que la mujer trabaje, hoy hay grandes avances. En 2005 eran 5 millones 637 mil las mujeres que laboraban, hoy se acercan a los siete millones. El 40.5% de este grupo trabajan en Servicios, el 25.6% se dedican a actividades Comerciales, el 22.3% está en la Agricultura, el 8.6% en Manufactura y el 1.9% en Transportes y Comunicaciones.

Hay otra ventaja para tomar en cuenta: La esperanza de vida de la mujer peruana es de 77 años, es decir, 5 años más que los hombres, cuya esperanza de vida al nacer llega a 72 años.

Actualmente las mujeres pueden decidir sobre el número de hijos que quieren tener. A propósito, en la actualidad el promedio de hijos por mujer es de 2.4. Según lugar de residencia, en el área urbana las mujeres tienen 2.2 hijos y en el área rural 3.2 hijos. Antes estos porcentajes eran más elevados.

La discusión más abierta sobre el aborto terapéutico y el uso de anticonceptivos están haciendo cambiar la opinión de la mujer en torno a la planificación familiar y a su derecho a tener los hijos que desea.

No olvidemos que el 11.7% de las mujeres de 15 a 19 años de edad ya son madres y 2.9% En la zona urbana, las madres adolescentes o embarazadas por primera vez alcanzan el 12.2%y en el área rural 22.0%.

En el campo laboral, un reporte indica que las regiones del país que más mujeres asalariadas integra son Callao, Lima y Arequipa. Esto va de la mano con el porcentaje que ahora está afiliada a una AFP, que ha aumentado en 26.9% desde 2005.

Ahora, 76 de cada 100 mujeres en el Perú tienen seguro de salud.

Otro dato importante, el 49.7% de las mujeres egresadas de una universidad han obtenido su título profesional, cifra mayor en 13.3% a los hombres (36.4%).

De acuerdo con el nivel de educación alcanzado, el 15.9% de las mujeres tienen educación superior universitaria y el 13.1% educación superior no universitaria. Este es un incremento de 5.4% con respecto a hace diez años.

La parte negativa es que, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES 2015, el 12.2% de las mujeres entre 15 y 49 años de edad, alguna vez fueron víctimas de violencia física y/o sexual por parte del esposo o compañero, en los últimos doce meses.

Por lugar de residencia, en el área urbana, el porcentaje de mujeres que sufrieron este tipo de violencia alcanzó 12.6% y en el área rural 11%.

De acuerdo con el tipo de violencia, el 11.5% de las mujeres sufrieron violencia física y 2.8% violencia sexual.

Y la parte positiva es que la lucha por la igualdad de la mujer en nuestro país, ha logrado grandes triunfos y ya no se puede hablar, como en el pasado, de una desigualdad extrema, sino de un franco descenso. En buena hora.

Feliz Día Internacional de la Mujer