Esto ya parece una broma de mal gusto. El viejo proyecto del aeropuerto internacional de Chinchero ya tiene más de 40 años en su etapa de estudio y aún no se concreta. Los genios del gobierno aún no saben cómo diablos desatar los nudos que ellos mismos los crean.
Ositran dice que hay vacíos en el contrato de concesión. Para salir de este entrampamiento han optado por lo más fácil, postergar la entrega de la buena pro, con lo que dejan nuevamente con los crespos hechos a los postores.
Entretanto, los terrenos que costaban menos de dos dólares el metro cuadrado, en la década de los setenta, cuando yo todavía trabajaba en el Cusco, hoy están por encima de los cuarenta billetes verdes. Y estoy seguro que seguirán subiendo. Ahora será más difícil conseguir la plata para comprarlos. Y todo por la lentitud del Ministerio de transportes y Comunicaciones. No sé si este ente se demoró a propósito o no tuvo capacidad para cerrar el trato pero, para mí que aquí hay gato encerrado.
Ahora será muy difícil adquirir estos terrenos porque las comunidades campesinas, como es lógico, ya abrieron los ojos y, estoy seguro, cobrarán un huevo de plata, salvo que el estado los expropie y pague un justo precio que, tampoco, será fácil calcular. De otro lado, también hay que evitar que, como consecuencia de un mal cálculo, surja un conflicto social porque muchos de los dirigentes campesinos están acostumbrados a oponerse a todo y aprovecharán la ocasión para hacer sentir su presencia.
La cosa no es tan simple, se puede complicar si estos anteponen sus intereses políticos a los técnicos, como ya ocurrió en otros conflictos.
El asunto es que existe un peloteo entre el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, Ositran y pro Inversión. No vaya a ser que esto ya esté hartando a los 27 postores a la adjudicación y un buen día de estos los manden a la mierda y se vayan con su plata a otra parte. Ositran dice, además, que el MTC está en la calle porque no sabe aún qué tarifas cobrará por los servicios.
El presidente Humala debería llamar a palacio a los titulares de estos tres organismos, cuadrarlos y darles un plazo para que se pongan de acuerdo, de lo contrario le sugiero mandarlos a sus casas porque no pueden seguir perjudicando al Cusco y al país. Estamos quedando como una zapatilla con los postores. Particularmente a mí esta demora de nunca acabar me causa malestar porque a través del informativo de radio Tawantinsuyo y las páginas del diario El Sol del Cusco, desde 1970, emprendí una campaña, junto con otros colegas, para que se haga realidad la construcción de este aeropuerto internacional porque el actual ya estaba quedando chico e inoperativo. Hoy en día,mucho más, porque las naves de gran capacidad, como los airbuses y los Boing 747, necesitan de espacios libres de cerros, mayor altitud, vientos favorables y pistas más largas, que sí los tendrían en el aeropuerto de Chinchero.
Pero, no es solo eso.La Asociación de Pilotos Peruanos no hace mucho hizo coocer un comunicado expresando su rechazo a este terminal aéreo porque considera que es peligroso dado su orografía, altitud y características topográficas y climatológicas. Dicen que desde hace 30 años este aeropuerto viene siendo descartado porque no reúne los requisitos mínimos establecidos por la Organización de Aviación Civil (OACI), de la cual Perú es parte.
Sinceramente no lo creo porque tantas cosas se han dicho por demorar su construcción que esto ya parece, repito, una burla a los cusqueños y al país. Estoy convencido que su materialización significará un gran progreso para el Sur y una gran oportunidad de trabajo para miles de jóvenes que hoy se encuentran desocupados.
Espero que no pasen otros cuarenta años para ver realidad este sueño de los habitantes de Cusco, Apurímac y Madre de Dios. Así lo exigen el turismo, la industria y el comercio para poder desarrollarse. Una mecida más, sería una burla al país que nadie atracará. Por eso bien ha hecho el Gobierno en declarar de necesidad pública la expropiación de inmuebles para las obras de construcción que demandará una inversión de 400 millones de dólares.
Ahora solo queda esperar (sentados)los avances del proyecto y sobre todo que se suelte el dinero.